Bruce Springsteen se ha dejado la piel esta noche en Barcelona y ha demostrado que conoce a la perfección todos los secretos del directo en un concierto en el Estadio Olímpico de Montjuïc en el que ha conectado con el público desde la primera nota hasta la última.

The Boss se ha metido al público en el bolsillo con su música, pero también con sus palabras, ya que, además de una larga lista de 27 canciones, ha deleitado a los asistentes con muchas frases en catalán en las que, entre otras cosas, ha expresado su solidaridad con los que sufren la crisis económica y ha apoyado el movimiento del 15-M.

Bruce Springsteen ha arrancado con fuerza en el primer concierto de los dos previstos en Barcelona, que ha empezado con casi una hora de retraso en el Estadio Olímpico de Barcelona, donde 50.000 personas entregadas de antemano han recibido con gritos de alegría a The Boss.

Las colas en los accesos y los problemas para llegar en coche a Montjuïc han sido las causas del retraso, ya que la organización ha decidido esperar a que la mayor parte del público estuviera dentro del recinto para dar el pistoletazo de salida.

"Badlands" ha sido el primer tema que ha interpretado el jefe, que ha saltado al escenario vestido de riguroso negro y acompañado por los miembros de la mítica E Street Band.

Al grito de "¡hola Barcelona, hola Cataluña!" Springsteen ha iniciado un concierto en el que ha demostrado, una vez más, su fuerza sobre el escenario y su capacidad para mantener la conexión con el público durante tres horas.

El concierto de hoy es el decimoctavo que el veterano roquero ofrece en Barcelona, la ciudad española donde más veces ha recalado y la única donde actúa dos noches.

La fuerte conexión que une al músico norteamericano con Barcelona se ha fortalecido hoy con largas frases en catalán, que el público ha agradecido emocionado.

"Echamos de menos a alguien", ha dicho en catalán, en referencia a Clarence Clemons, fallecido en junio pasado y que ahora sustituye su sobrino Jake.

"Si vosotros estáis aquí y nosotros estamos aquí, entonces él está también aquí, puedo oirlo en vuestras voces", ha dicho The Boss, sacando a relucir su lado más humano.

Su lado más salvaje también ha brillado con fuerza en los solos de guitarra que ha ofrecido a sus fans y en los dos momentos en los que ha cogido sendos vaso de cerveza que le ofrecían desde el público y se los ha bebido de un trago.

El público barcelonés ha respondido a la entrega de Springsteen con equiparables dosis de pasión y han agradecido todos los temas, incluso los de su nuevo disco, "The Wrecking Ball", que todavía no ha calado como los viejos.

The Boss ha introducido bastantes canciones del nuevo álbum y el single "We take care of our own" ha sonado justo después del inicial "Banlands".

No obstante, los temas más coreados han sido los clásicos como "No Surrender", "The River", "Born in the USA", "Bobby Jean", "Dancing in the Dark" o "Waiting for a sunny days", que ha presidido uno de los momentos más emotivos de la noche cuando The Boss ha invitado a una niña del público a cantar sobre el escenario.

Los 120.000 vatios de sonido y la energía de Springsteen y su banda han sido los principales responsables de la fuerte conexión que se ha establecido entre los músicos y el público.

Pero el jefe también ha utilizado mucho la palabra y, por ejemplo, ha introducido el tema "My city of ruin" como "una historia de holas y adioses, una historia de los que pasa y lo que queda para siempre".

Springsteen ha actuado en el Estadio Olímpico de Montjuïc con una versión ampliada de la E Street Band, que ha incluido una sección de viento de cinco músicos, tres coristas, percusionistas y la violinista Soozie Tyrell.

Sólo faltaba la mujer de Bruce, Patti Scialfa, una ausencia que el líder de la banda se ha encargado de explicar al público.

"¿Dónde está Patti? -ha dicho en catalán-. Está en casa con los niños y envía amor para Barcelona", ha respondido el músico, en su faceta de padre de familia.

La conexión con Barcelona ha quedado demostrada. Ahora falta por ver si el bolsillo de los barceloneses está como para volver a llenar mañana otra vez el Estadio Olímpico, ya que a última hora de la tarde todavía había entradas a la venta.