Albert Sanz (Valencia, 1978) acaba de grabar un disco, O que será (Contrabaix), que, seguramente marcará un antes y un después en un carrera que ya era meteórica. Con él ha conseguido engrosar una nómina de acompañantes que ya incluían Kurt Rosenwinkel, Larry Grenadier, Jeff Ballard, Joe Lovano, Mark Turner o Chris Cheek a dos pesos pesados del jazz internacional como el legendario baterista estadounidense Al Foster y uno de los mejores contrabajistas nacionales como Javier Colina

Sanz escogió para este importante trabajo música basado en temas de Chico Buarque e Ivan Lins, pero prefiere no denominarlo como un disco de música brasileña "porque la música brasileña tiene unos elementos rítmicos determinados que yo no estoy siguiendo", responde el pianista valencianos formado en Berklee/Boston.

"No estoy tocando samba. Mi idea era la de hacer un disco de trío de piano de jazz. Al Foster", continúa, "es uno de los mejores bateristas de tríos de piano. Estuvo muchos años junto a Herbie Hancock y con McCoy [Tyner] otros tantos. Por tanto, había que sacar punta a esta oportunidad. No he llamado a Al Foster para tocar sambas. El material del que me nutro, el estándar brasileño, me resulta más cercano que el estándar tradicional, el del Tin Pan Alley americano".

Una tendencia, la de buscar nuevos estándares para el jazz que Sanz valora desigualmente: "muchas de las adaptaciones que se hacen del pop rock de los últimos 20 años no se tocan en swing y yo quería tocar swing porque es lo que más me gusta. Pero sí es verdad que la idea no era hacer otro disco de estándares de jazz porque ya se ha hecho muchas veces y muy bien".

Contactar con una leyenda como Al Foster (1944), uno de los bateros más demandados de la escena mundial y clave en algunos discos de Miles Davis resultó, "muy sencillo", conviene Albert.

"Casualmente estaban este verano en el Palau de la Música de Valencia, tocando con Wallace Roney un homenaje a Bitches Brew. Yo venía de verle tocar ese mismo concierto en un club de París y recuerdo haber alucinado con él, aunque ya le había visto tocar otras veces. En aquel momento no me atreví a acercarme pero como sabía que en Valencia estaría tres días en el hotel, me dije: voy a conocerle y proponerle esto que ya llevaba años pensando. Lo había intentado anteriormente a través de un manager que me dijo que sería muy complicado porque Al sólo quiere tocar con su grupo. Pero el caso es que le pasé un cedé, al tipo le gustó y hablamos de condiciones", recuerda.

Trabajar con estos dos colosos "ha sido muy fácil. Especialmente con Javier que ha ejercido de puente generacional. Él ha tocado con Bebo Valdés, que tiene más de 90 años. Javier me saca una generación y Al le saca otra. Sabía limar esa distancia de edad gracias a la experiencia. Al ha sido muy profesional y muy amable y Colina ha puesto mucho de su corazón, como si el disco fuera suyo. Quizá el tema más bonito sea el dúo que hacemos con música de Chico Buarque".

Un proyecto que además ha ido realmente rápido y que no se detiene aquí. "Ahora estamos mirando la posibilidad de tocar en algún festival importante en noviembre ya que este verano está todo muy cerrado. Aunque está complicado, porque los grupos norteamericanos y extranjeros están bajando mucho los cachés. Y, claro, antes de contratar a alguien de aquí siempre van a contratar a alguien de fuera".

Pero que, sin duda, constituye todo uno hito en la carrera de este aún joven pianista. "He intentado grabarlo en las mejores condiciones posibles. He preparado el disco durante meses. No es que me arrepienta de experiencias anteriores. Pero sí creo que hoy grabamos muchos discos pero quizá podríamos hacer muchos menos y reservar todas esas oportunidades para hacer una cosa muy especial. A veces haces cosas porque te empujan a hacerlas y porque quieres documentar un momento. Y un disco para conseguir una gira, aunque hayamos conseguido una, sino un disco por sí mismo. Un trabajo con una identidad, no un poquito de allí y un poquito de allá".

Un disco que está lejos de otras experiencias. "Es mucho más claro pero no me gustaría decir que he alcanzado mi sonido", afirma.