La última víctima de la política de austeridad y recortes es el centro de documentación de Teatres de la Generalitat, que ha visto cómo al finalizar junio se ha quedado sin sede propia. Esta unidad en la que trabajaban hasta ahora cuatro empleados estaba desde 2004 en un inmueble de 200 m2 de la calle Garrigues de Valencia. Como ha ocurrido en otros departamentos, la Generalitat decidió no renovar el contrato de alquiler, que finalizaba en junio.
Tras algunas dudas -se pensó en habilitar un espacio en el Principal-, la decisión de la Conselleria de Turismo y Cultura ha sido enviar la biblioteca (con los materiales de consulta más común) al edificio del Institut Valencià de la Música (IVM), que cuenta también con un servicio de archivo. El fondo documental -de uso menos habitual, según fuentes de Teatres- ha sido almacenado, por su parte, en el Archivo General del Consell, ubicado en el municipio de Riba-roja. En un principio también se barajó la opción de la Biblioteca Valenciana.
El centro de documentación de Teatres no está operativo desde principios de mes, debido a los trabajos de traslado. No obstante, las citadas fuentes aseguraron que los usuarios podrán consultar la biblioteca en el IVM a partir del próximo día 16.
Al margen de la coyuntura por estar en un piso en alquiler, Teatres enmarca las decisiones sobre el centro de documentación en el proceso de reorganización de las distintas entidades culturales que está en ciernes. Todos estos organismos han de agruparse bajo un nuevo paraguas (CulturArts), lo que obliga a "repensar" la vigencia de diferentes archivos (Teatres, IVM, IVAC-La Filmoteca, Palau de les ArtsÉ) y la posibilidad de unificarlos en su único servicio, apuntan fuentes oficiales. Será entonces cuando se adopte alguna solución definitiva, dicen.
El centro de documentación nació en 1996 en unas dependencias del Teatro Rialto. En su traslado en 2004 a la que era hasta ahora su sede contaba ya 3.000 volúmenes, más de 4.500 fotografías y 3.000 vídeos. Guarda materiales que datan de hasta 1875 y su funcionamiento fue una reivindicación histórica de investigadores y dramaturgos. Andalucía, Cataluña, Euskadi o Canarias tienen estructuras similares.
