La música amansa a las fieras, o al menos, eso es lo que ha ocurrido en el Arenal Sound. Después del caos en la primera jornada de bienvenida, los «sounders» fueron llegando ayer miércoles de forma más escalonada, y al estar completo el camping del festival, junto al recinto de conciertos, solo se pudo destinar a la gente a la nueva zona de acampada, en Jardines de la Malva-rosa.

La música empezó a sonar en la zona Beach Club, y eso parece que hizo olvidar a parte de los asistentes -el mismo lunes- la mala experiencia del primer día, para ir a acampar y entrar por primera vez al recinto de conciertos. Aún así, las críticas de los «sounders» se dirigían en esta ocasión, a la zona de acampada, en la que «no se cumplen los pasillos de emergencia y estamos metidos todos a una, sin organización». Los dos campings del Arenal se acabaron llenado ayer pero durante la mañana, el nuevo, en Jardines de la Malva-rosa, se ocupaba a marchas forzadas. Algunos «sounders» avisan en las redes sociales con mensajes: «Esto está lleno».

Ayer los conciertos empezaron demasiado pronto para el sol que se ha instalado en lo más alto de las playas de Burriana. Mientras unos «sounders» se dedican a bañarse en la playa, otros se acercaron al único representante burrianense en el cartel del Arenal Sound. El Bulevar Rojo estrenó el escenario Coca-cola, con sus particulares fans que se acercaban a la piscina de 300 metros cuadrados. Y es que parece, que las tardes, con el calor que hay, son más para descansar, y prepararse para la noche. Los valencianos Llegando a Normandía tuvieron más público, ya que pasadas las siete de tarde, el sol se amagaba y eso ayudaba a que algunos «sounders» más se acercaran hasta el recinto de conciertos. Los madrileños The Monomes, que repetían en el festival, y Menton de Fogarty, ponían la música en lo que quedaba de la tarde.

La noche del martes fue diferente. El buen sabor de boca que dejaron los catalanes Dorian en el Arenal Sound el año pasado sirvió para que la zona del Beach Club se llenara. Los cuatro componentes salieran muy puntuales al escenario, vestidos todos de negro, y empezando con buena música. Mar Gili fue el encargado de agradecer a los «sounders» su presencia en el primer día de bienvenida pero también de pedir disculpas por las colas que se habían producido por la noche. Con todo arreglado, los catalanes empezaron un concierto que fue de menos a más, tanto en la música, como en el público, que llenaba por minutos toda la playa del Arenal Sound. El concierto iba rodado, hasta que a la media hora, Marc, Belly, Bart y Jordi, pararon de tocar, y sacaron una pancarta en la que se podía leer «La cultura no es un lujo. No a la subida del IVA», mientras el cantante alertaba de que «la subida del IVA afectará al incremento en las entradas de los conciertos, festivales, y al bolsillo del público» con una respuesta traducida en aplausos por parte de los asistentes.