¿Cuándo Bevilacqua y Chamorro investigarán a Urdangarin?

Tienen un problema: no están en la unidad adecuada. Yo me divertiría escribiéndolo, pero necesito un muerto, y tampoco quiero que muera nadie. Mis personajes investigan homicidios y de momento ahí no ha muerto nadie que se sepa. Pero fíjese: los equivalentes de Bevilacqua y Chamorro en la realidad ya han investigado a Urdangarin. Detrás del caso Urdangarin y de otros casos de corrupción notorios creo que no se ha resaltado lo suficiente el trabajo de la Guardia Civil y la Policía. Y es de justicia hacerlo.

¿ETA está muerta o está sola?

ETA es irrecuperable operativamente. En los últimos años ha habido fenómenos que han corrido paralelos: se han degradado mucho sus recursos humanos. Hace 30 años éstos eran de más calidad ideológica y militante. Esto ha ido parejo a que el conocimiento de la banda por parte de la policía se ha hecho enciclopédico. ETA ha caído por lo ridículo de que en un año le detengan a cuatro dirigentes.

En la novela negra siempre se muestra que en los asuntos humanos casi todo es cuestión de interés y poder. ¿Es literatura pesimista?

No. En la novela negra se produce una dialéctica entre ese comportamiento sociológico y una excepción antropológica, que es que el ser humano a veces renuncia al interés en aras de un ideal, de un sentimiento o de una emoción. Hay personajes interesados y otros quijotescos.

¿Es cervantina la novela negra?

Sí. Tendemos a entender que la principal tradición del género negro es anglosajona, pero creo que tiene una prefiguración en la literatura del Siglo de Oro. En el Lazarillo y en Rinconete y Cortadillo está esa mirada a la capa subterránea de la sociedad.

¿Es España un país de tramposos?

Es un país en el que demasiadas personas creen que la trampa es un camino mejor que el trabajo. Y eso nos devalúa como país. Soy muy spinoziano: no creo que uno deba hacer el bien para ir al cielo, sino porque convive más a gusto consigo mismo.

¿Qué queda del milagro español?

El AVE, el aeropuerto peatonal de Castelló, la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, las autovías por las que voy yo solo a veces. Eso son infraestructuras. A lo mejor se les da una utilidad en el futuro. La Ciudad de las Artes y las Ciencias no lo sé. Yo pondría en cuarentena a Calatrava. Lo que nos queda es que de ésta hemos aprendido que las tonterías no salen gratis.

¿Cuándo empezó esa crisis moral de la que hablaba antes?

En la Transición sembramos la semilla de nuestros aciertos y la de nuestro fracaso. En los ochenta mejoró el país, pero sembramos las bases de nuestro fracaso actual. Eso fue por precipitación. Hemos hecho en 40 años lo que los europeos han hecho en 120. Era muy difícil que nos saliera bien.