Lleva 30 años tocando la flauta. Óscar Manuel Gómez le hizo una promesa a su padre: iba a dedicarse al flamenco. A partir de 2000, tras el fallecimiento de Manuel Gómez Guerrero, quien fue presidente de la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en la Comunitat Valenciana, el flautista se volcó en cumplir su palabra. Es la tercera vez que se presenta al festival -en las dos anteriores obtuvo el segundo premio- y en la actuación le acompañaron César Giner al bajo, Juan de Pilar a la guitarra y David Gadea en la percusión. A raíz del galardón, Óscar de Manuel espera que la flauta adquiera mayor reconocimiento en el flamenco.

Todo músico tiene un primer encuentro con el instrumento al que se dedica. ¿Cómo fue el suyo?

Empecé a tocar la flauta a los seis años en la Unión Musical de Alaquàs. La elegí por pura intuición y la llevo tocando 30 años.

¿Cómo se inició en el mundo del flamenco?

A partir del año 2000, a raíz del fallecimiento de mi padre, al que le había hecho una promesa, me puse a tocar la flauta como instrumentista flamenco. Mi padre era un personaje conocido en ese ámbito y de ahí me viene la dedicación.

¿Considera que la flauta está reconocida en el flamenco?

Es lo que hemos conseguido. Después de estar tres años consecutivos en la final del concurso, por primera vez en 52 años un flautista flamenco consigue este galardón. Espero que sea el espaldarazo para poder sacar adelante varios proyectos que tengo y seguir caminando.

¿Qué le impulsó a presentarse al festival de Las Minas?

Vi la oportunidad de demostrar que con la flauta, como hace el maestro Jorge Pardo, se puede conseguir una fusión, en su caso de jazz y flamenco. Decidí enfocarme a mi instrumento para buscar esa fusión del flamenco sinfónico.

Es el primer flautista galardonado en el festival. ¿Cómo se siente?

Muy emocionado. Siento la responsabilidad que supone tener este premio y tengo muchas ganas de poder seguir caminando y viviendo con el flamenco.

¿Qué busca transmitir con sus obras?

Un poco de todo. Sigo las obras de grandes compositores como Manuel de Falla. Compongo también música clásica con estilo gaditano. Lágrimas de sal, por ejemplo, es un espectáculo de flamenco sinfónico que rinde homenaje a la muerte.

El paso de trabajar con obras clásicas a un estilo flamenco, ¿fue complicado?

Mucho. Las referencias son escasas, tenemos a Jorge Pardo, Domingo Patricio o Juan Parrilla, pero no hay mucho flautista flamenco. Yo veo como trabajan ellos e intento encontrar mi sonido y ser un poco especial.

¿Se considera un artista reconocido?

Espero que este premio me ayude a luchar por ello. Al fin y al cabo, como instrumentista, cada uno, de forma individual, busca reconocimiento.

Ha comentado que el premio le ayudará a llevar a cabo algún proyecto. ¿A qué se refiere?

Lo principal es acabar un libro de flamenco para instrumentos melódicos y una suite de la ópera Carmen, de Bizet. Me dedico a la composición de manera clásica y flamenca y pretendo que cualquier persona pueda acercarse a estos conocimientos y aprender un poco más sobre este arte. Con el flamenco me encuentro cómodo y realizado y es lo que intento mostrar al mundo.