El palacio de Andés, en Navia, es un edificio espléndido, claro exponente de arquitectura señorial asturiana, salvado hace algún tiempo de la ruina por Gonzalo Anes, marqués de Castrillón y director de la Real Academia de la Historia, que lo adquirió en 1969, cuando ya los desperfectos eran visibles en los muros y la techumbre de la capilla, y la casa daba claras muestras de abandono.

Fue la primera apuesta clara de Gonzalo Anes por el patrimonio, pero no la última. Al palacio de Andés se sumaron en años sucesivos otros tres rescates: el palacio de Campos, en Outeiro; el Palacio Viejo de Trujillo, en Cáceres, y más recientemente la Casa de los Abuelos, en Puerto de Vega.

Como una "vocación que nace del apego al patrimonio", califica Anes la empresa que lo ha llevado a recuperar del olvido edificios. "Soy historiador y me duelen los destrozos en las casas antiguas, no entiendo el comportamiento de quienes dejan caer una vieja posesión para construir algo nuevo al lado". Tampoco le satisfacen las reformas en antiguos edificios "para convertirlos en algo reciente sin conservar ni un detalle que denote su antigüedad".

El palacio de Andés, adquirido por un millón de pesetas en 1969, es hoy la residencia de verano del marqués, una casa repleta de historia que se asemeja a un almacén de interesantes antigüedades. Algo parecido sucede con la iglesia adosada, una capilla con linterna y nervaduras góticas de cuya restauración Anes está especialmente orgulloso porque su estado de ruina estaba muy avanzado.

Al director de la Academia de la Historia tampoco le son indiferentes realidades como la que llena de eucaliptos el monte asturiano. Como reacción, él ha preferido plantar miles de castaños en la extensa finca de Andés, árboles que acompaña con algún cerezo y varias decenas de camelias.

Le gustaría que su intervención sirviera de ejemplo "para estimular a los vecinos a cuidar lo nuestro", pero tiene la sensación de que es "clamar en el desierto".

Asegura que no tiene ambiciones económicas y que ha podido afrontar los gastos de todas sus inversiones gracias a sus altos ingresos como consejero del Banco de España, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y Repsol YPF, entre otras. A eso suma su paga como catedrático jubilado de la Complutense de Madrid, aunque no percibe ningún sueldo por la dirección de la RAH.

El palacio de Andés es su reducto favorito para descansar en agosto, un lugar adquirido hace más de 40 años en Alicante. Su anterior propietario era cónsul honorario de Uruguay. La casa tiene su origen a finales del siglo XVI, durante la guerra civil fue residencia universitaria de verano y cayó después en el olvido.

Tras la aventura de Andés, el historiador desplazó su atención hasta Trujillo (Cáceres) donde en 1973 se hizo, por medio millón de pesetas, con el Palacio Viejo, un inmueble casi en ruinas que rehabilitó y amuebló. Hace cinco años decidió venderlo por 900.000 euros.

Desde 1975 es además propietario del palacio de Campos, en Outeiro. Las dimensiones, con 1.700 metros cuadrados de planta, hacen complicada y cara una rehabilitación completa, pero Anes ha realizado diferentes mejoras. Por el palacio se pagaron en su día seis millones de pesetas. A ellos hay que sumar lo que costó la extensa finca añadida. Está declarada BIC desde 2005. Aunque quedan algunas reformas pendientes, comenta, con cierto pesar, que ya no tiene "energía ni ánimo" para seguir ocupándose de albañiles y otros operarios. "No quiero que España se parezca a África, sino a Dinamarca", afirma, porque en ese país "ponen especial cuidado y atención en su patrimonio".

Descendiente de una de las casas"más antiguas y linajudas del occidente asturiano", según su biografía en el polémico Diccionario Biográfico Español, de la RAH, el marqués de Castrillón, monárquico sin fisuras, deja claro que su apoyo al patrimonio no está vinculado a intereses económicos.

"Tengo más dinero del que necesito, he recibido más honores de los que deseo y no tengo hijos a los que dejar herencia; por tanto soy un individuo libre y como tal actúo", afirma.