La colección permanente (La aventura del pensamiento) del MuVIM funciona desde 2001, su tecnología audiovisual €innovadora entonces€ ha empezado a quedar anticuada y a dar algunos problemas técnicos, así que el director del museo, Joan Gregori, y la titular de Cultura de la Diputación de Valencia, María Jesús Puchalt, tienen desde hace meses €Gregori, desde que se hizo cargo de la dirección en diciembre pasado€ esa patata caliente sobre sus mesas. El dilema se reducía a reformar lo existente o cambiar y la solución adoptada finalmente ha sido esta última: proyectar una nueva exposición permanente.

Claro que, con la situación económica actual, la renovación no será rápida. Los plazos previstos son que el proyecto se presupueste y se redacte en 2013 y se ejecute al año siguiente, ha explicado Puchalt a Levante-EMV.

La corporación provincial aprovechará además para dar un giro a la línea de la colección permanente, que irá encaminada «hacia un nuevo discurso de museo de sociedad», apunta la diputada.

El cambio entronca con el devenir del MuVIM durante los últimos meses, tras la salida de Javier Varela y la nueva filosofía de Puchalt y Gregori, con muestras y actividades abiertas a la joyería, la gastronomía o el fútbol (el rey del museo este verano). Esto es, al gran público, la masa.

Pero al margen de debates filosóficos sobre la orientación de los museos en el siglo XXI €¿se agotó el concepto de alta cultura?, ¿todo es cultura popular ya?€, todo indica que la exposición permanente del MuVIM tendrá menos de pensamiento e ilustración y más de atracción social.

La renovación de la colección permanente tiene también, no obstante, un fundamento económico, ya que remozar el aparataje actual era bastante caro. Había que recurrir obligatoriamente a empresas de Centroeuropa debido a la tecnología que se utilizó en 2001 y eso suponía un presupuesto de 400.000 euros.

Con esas cantidades encima de la mesa, los responsables políticos han optado por el cambio total. Es de esperar que el error no se repita y reparaciones o retoques futuros no impliquen desembolsos como los que ahora se necesitaban.