El segundo festejo de la feria de Algemesí estuvo presidido por la emoción, la tensión, el riesgo y los percances. Con todo, en los tendidos hubo tanto bullicio como algarabía, como si la cosa no fuera con ellos.

Y es que el novillo que abrió plaza cogió a Cayetano García a mediados de faena, cuando le citaba con la mano derecha. Se le vino encima, le volteó y le dio una cornada tan seca como certera en la parte interna del muslo izquierdo.

Aunque intentó seguir en la plaza, tuvo que ser conducido a la enfermería donde fue intervenido.

Hasta ese momento, Cayetano había muleteado con expresión y verticalidad a su oponente, algo distraído de salida, castigado con saña en el caballo y que llegó al tercio final aplomado y a la defensiva.

El resto del encierro de Javier Molina tampoco dio facilidades. Con mucho cuajo y muy ofensivos por delante, todos resultaron exigentes y complicados.

Cuatro años cumplidos tenía el castaño segundo, que tomó las telas con codicia aunque protestando y sin humillar, y que acabó por desentenderse de la lidia. Afiladas puntas tenía el alto tercero, que derribó en varas. Llegó al tercio final agresivo, muy crecido y ganándole siempre la acción a su matador, hasta que se lo llevó por delante. Y el castaño cuarto metió la cara con son y calidad de salida. Con cuajo de toro, tomó tres puyazos y llegó al tercio final con templanza, nobleza y dejando estar.

La heroica vino de la mano de Francisco Damas, alumno de la escuela de tauromaquia de Valencia, quien ayer debutaba con picadores.

El novel espada se sobrepuso a la cornada de su compañero, que le dejó a solas con todo un encierro que tuvo mucho que torear. Y no se arredró tampoco a la espeluznante cogida que sufrió en el tercero, que le campaneó y volteó durante unos segundos que se hicieron eternos. Maltrecho y con el vestido hecho unos zorros, siguió en la plaza y plantó cara con tanta dignidad como disposición, entrega y vergüenza torera a su lote. Su actitud fue admirable. Para otra ocasión queda el análisis técnico.

LA CORRIDA

Segunda de feria. Casi lleno en tarde bochornosa. Novillos de Javier Molina, muy bien presentados, serios y astifinos, que resultaron duros y muy exigentes. Cayetano García (pastel y oro), herido por su primero. Francisco Damas (azul pavo y oro), silencio, oreja, dos avisos y oreja. Actuó como sobresaliente Víctor Manuel Rodado (verde y azabache). Entre las cuadrillas sobresalió El Puchano al picar al 3º. Damás debutó con picadores y salió a hombros. Cayetano García fue intervenido en la enfermería, por el doctor Pérez Folqués, de una cornada en la cara interna del muslo izquierdo de 15 centímetros, que afecta al musculo vasto interno y biceps femoral, calificada de menos grave. Fue trasladado al Hospital La Fe de Valencia, donde quedó ingresado.