Continúa celebrándose la feria de Algemesí, que se vive con intensidad tanto en su singular palenque como en la calle, y que se complementa con exposiciones, coloquios y publicaciones sobre la feria. Y con las diversas peñas llenando de colorido el ambiente. Entre ellas destacan los farystas de Kasidebaes, todo un ejemplo de hospitalidad, buen arte culinario y afición a los toros.

Ayer, a pesar de la gota fría, se celebró el sexto festejo del serial. Cayó mucha agua en las horas previas al festejo, pero el excelente estado del albero posibilitó que éste se acabase celebrando tras cerca de una hora de espera.

Un festejo que contó con la presencia de novillos de Lagunajanda. Un encierro bien presentado, de preciosas hechuras y de juego notable. Tuvo fijeza, clase y calidad el que abrió plaza, aunque se apagó pronto. Excelente el segundo, Lenguadulce, que tuvo prontitud, transmisión, fijeza y templanza. Quiso y no pudo el tercero, que tenía gran fondo y a pesar de renegar en el peto y dolerse en banderillas, no dejó de embestir el cuarto.

Álvaro Sanlúcar se mostró como un torero de buen corte. Echó la muleta al hocico de sus oponentes y, bien colocado, manejó los engaños con suavidad, ritmo y acompañando los viaje con pinturería, si bien anduvo un tanto frío con el primero y algo destemplado ante el tercero.

Por su parte Gonzalo Caballero trató de imprimir un sello muy pasional y emotivo a su torear. Tiende a la quietud y el hieratismo, si bien anduvo por debajo de su excelente primero. En el cuarto apuntó detalles de interesante torería y mató de un estoconazo.

LA CORRIDA

Sexta de feria. Un tercio de entrada lleno en tarde lluviosa. Novillos de Lagunajanda, bien presentados y de juego notable. Al 2º se le dio la vuelta. Alvaro Sanlúcar (rosa y oro), vuelta tras aviso y saludos. Gonzalo Caballero (grana y oro), oreja y oreja.