Con su futuro aún en el aire, deudas millonarias y pleitos por el camino, el enfrentamiento entre la Ciudad de la Luz y su anterior gestora, la sociedad Aguamarga que reclama 1,2 millones de deuda al complejo de Alicante, ha vuelto a cobrar vida.

El director general del complejo, José Antonio Escrivá, daba ayer tres días de plazo a la sociedad Aguamarga para que abandone los estudios. Escrivá argumenta la rescisión unilateral del contrato por el pago de la multa de 265 millones que la Unió Europea le impuso por las ayudas que recibió de la Generalitat, para la puesta en marcha del proyecto y que consideraba generaba competencia desleal. La UE dictó su resolución en mayo y marcó cinco meses de plazo para su ejecución.

La Generalitat tendrá que hacer frente a la sanción y pagar la multa lo que incrementará notablemente las deudas de un proyecto fracaso en el que se han enterrado varios cientos de millones de euros. Además, Escrivá argumenta el intento de externalización o vender del complejo.

Aguamarga, según diversas fuentes, no tiene intención de abandonar las instalaciones hasta que se sale su deuda. Ciudad de la Luz, que escondía un gran proyecto inmobiliario en su entorno, se encuentra en concurso de acreedores.