Habla usted de sentimientos y emociones en lugar de primas de riesgo...

Es que me parece muy importante. A mí me parece que entre el pensamiento que es esencial y la emoción, que es algo muy primario, físico y temporal, el sentimiento es algo mucho más elaborado que puede ser manejado por nosotros mismos. Y podemos evitar los re-sentimientos, tratar que no sean de ira, sino de creatividad.

Pero afirma usted que los sentimientos son un material inflamable.

Sin duda. ¿Por qué Bretón ha matado a sus hijos? Por un sentimiento de odio cerval a su mujer, por un sentimiento equívoco de amor y posesión. Del amor al odio es muy fácil pasar, del odio al amor es muy difícil. El ser humano tiene un cerebro antiguo, paleolítico, con muchos instintos, somos animales. Las parte prefrontal es la de las neuronas espejo, la compasión. Es como una autopista, de la emoción se llega rápido a la razón, pero de la razón a la parte más instintiva se tarda. Hay que ponerse en el lugar del otro. Al final nos movemos por sentimientos.

¿La crisis nos hace menos empáticos?

Bueno, no sabría decir. A algunos les hace más egoístas, por la subsistencia. Pero también se ha despertado el sentimiento de generosidad y altruismo. Nace lo mejor y lo peor. ¿Podemos fomentar los sentimientos positivos como cortafuegos a los negativos? Sin duda.

¿Los sentimientos son educables?

Yo pongo un ejemplo; un niño de 18 meses ve a otro llorando y le lleva su juguete; en cambio, otro de esa misma edad se puede volver y darle una patada al abuelo. Puedes ponerle un cuento o una película, estimularle a ser compasivo, generoso. ¿Por qué la niña, la mujer, es más sensible en general? Es algo cultural.

Cuando se ven casos como el de Bretón o el del joven que quería imitar en Baleares la matanza de Columbine, ¿no se pierde la fe en la humanidad?

Bretón es un histriónico, un tipo con ocho mil caras, él tenía planteado quedar libre y dejar a la mujer hecha unos zorros; que tiene una psicopatía está claro. Respecto al joven, está contra el mundo, tiene una náusea, algo contra la universidad, pero es un malestar personal contra el otro y además seguramente busca la fama. Tenemos gente tóxica, pero si nos dan oportunidad somos muy buenos. Hemos conseguido lo mejor: la ONU, los trasplantes de órganos, la adopción internacional y del horror, como el Holocausto.

Usted defiende que es clave la educación desde el nacimiento.

Y antes. No sé lo que está pasando pero últimamente me deja perplejo el nivel de incultura. Yo creo que es necesario un limitador de deseos. El mundo no gira alrededor de uno. El ser humano piensa yo, me, mi, conmigo. Y hay que pensar que lo importante es el tú, el vosotros. Es poca gente la que nos hace sufrir mucho.