La anunciada pero aún irreal orden de ayudas a las artes escénicas de la Generalitat provoca ya sarpullidos en el sector. Ni las fechas de aparición, ni la filosofía que transmite, ni las cifras que ofrece, convencen. Sobre esto último: lo adelantado el pasado miércoles por la Conselleria de Turismo y Cultura supone que el monto total para ayudas en 2012 será de 1.625.000 euros, de los que 517.990 irán destinados "a los municipios de la Comunitat Valenciana para el fomento de la programación". O sea, lo que desde 1998 hasta ahora se ha llamado Circuit Teatral.

La cantidad supone una mengua casi del 50 % con respecto a la manejada en 2011. Entonces, Teatres dispuso un millón de euros, de los que concedió 895.000, que al final quedaron en torno a 850.000 por no cumplir todos los consistorios con los requisitos exigidos. Así, las cifras distan bastante de las de partida de este año.

Con todo, Cultura subrayó el miércoles -mientras unos cientos de representantes del sector protestaban ante el Teatre Talia de Valencia- el "gran esfuerzo" que realiza para "mantener esta aportación a las artes escénicas".

Pero la disminución no es cosa única del Circuit Teatral. El total de 1,6 millones con el que estarán dotadas las ayudas este año se aleja bastante de los 2,6 millones dispuestos para este concepto en 2011.

Recorte sobre recorte

El vicepresidente de la patronal de las compañías valencianas (Avetid), Toni Benavent, lamentaba ayer el nuevo recorte, del 40 % con respecto al ejercicio último, no solo por lo que supone en sí mismo, sino porque se une a una reducción del 50 % de las aportaciones al sector (compañías de teatro y danza, salas privadas y municipios) ejecutada en 2011.

Las críticas, no obstante, no se circunscriben a lo prosaico de la economía. La filosofía avanzada por Teatres tampoco gusta. La orden no parcela por actividades ni disciplinas, sino que el importe para teatro, danza, circo, salas de exhibición, festivales y proyectos emergentes (1,1 millones) es general, de modo que una comisión evaluadora decidirá el reparto en función de los expedientes presentados.

"Nosotros preferimos un tratamiento por separado, porque eso permite hacer las cosas a medida y que el recorte de fondos se note menos. No es lo mismo el proyecto de una sala independiente que el de una mediana o una grande. Todas son importantes, pero juntas es difícil evaluar lo que representan y lo que necesitan", manifestó ayer Benavent a Levante-EMV.

En su opinión, "parece que lo que se busca es que nos peleemos entre unos y otros y eso dice muy poco de nuestros dirigentes".

Además está la cuestión de las formas. Los cambios ni han sido hablados ni expuestos al sector, denuncia el representante de Avetid, y la orden llega "seis meses tarde" (sobre las fechas habituales), lo que complica su tramitación. Todo ello, teniendo en cuenta que convocatoria formal no hay aún, sino solo un anuncio. "Habrá que ver la letra pequeña", comenta el miembro de Albena.

A pesar de que las ayudas son todavía una quimera, las actividades que pueden ser incentivadas han de realizarse antes del 31 de diciembre de este año.