Unas iniciales, de forma basta en casi todos los casos, son las primeras expresiones escritas de los pobladores de Valencia. Aparecen sobre objetos cerámicos procedentes de la Península Itálica -de Nápoles, principalmente- datados a finales del siglo II antes de Cristo y principios del I. Son "los primeros escritos de los primeros valencianos", explica el arqueólogo del Ayuntamiento de Valencia Albert Ribera. Se entiende que se trata de las primeras inscripciones de vida cotidiana y que quedan al margen las monedas, de curso oficial.

Existía alguna publicación preliminar de hace casi veinte años, pero el director de las excavaciones en la plaza de la Almoina de Valencia presentó ayer la primera aproximación sistemática al estudio de estos grafitos. Es un estudio realizado junto con la especialista en griego de la Universidad de Salamanca Mª Paz de Hoz y el experto en latín antiguo de la Universidad del País Vasco Borja Díaz. Lo expusieron ayer en la jornada inaugural del XI Coloquio internacional de lenguas y culturas prerromanas de la Península Ibérica, celebrada en la Universitat de València.

De los 25 grafitos conservados de los primeros colonos de Valencia -la ciudad se funda en el año 138 a.C.-, veinte están en latín. Los restantes aparecen en griego e ibero, según el estudio.

¿Qué tienen de importante estos datos? "Son la enésima demostración de que la gente que vino, desde el principio, era latina. Ni ibera ni de otra civilización", explicó Ribera a Levante-EMV.

No es, por tanto, una sorpresa científica, pero tiene su relevancia cuando aún se mantienen algunas hipótesis sobre un presunto origen anterior de Valencia.

La presencia de inscripciones en griego en estas abreviaturas e iniciales -realizadas siempre sobre la cerámica ya dura- se explicaría por la presencia de comerciantes. El griego, en aquel momento, era una lengua habitual desde Siria hasta el sur de Italia, donde Nápoles, por ejemplo, era griega, comentó el arqueólogo valenciano.

Los objetos cerámicos con los grafitos proceden de las excavaciones realizadas en la plaza de la Almoina -allí se exhibe la pieza con una leyenda en griego-, la de la Virgen y la de Cisneros, todas ellas dentro del perímetro de la primera Valentia romana.