Su novela es ficción, pero el tema, la trata de mujeres, real y espeluznante...

La novela no es nada comparado con lo que sucede en realidad. Nunca en la historia hubo tantos esclavos como ahora, en el siglo XXI.

¿Lo peor es que a esas mujeres se las considera mercancía? (se refieren a ellas como "paquetes")

Es que es así, objetos que van a rendir beneficios. Yo creo que con este problema del desempleo de alguna manera, más o menos, también casi todos al final serán rehenes por el miedo al desempleo y a la pobreza y serán capaces de cualquier cosa.

¿Esa "cosificación" tiene similitudes con los "desparecidos" en Argentina?

Al fin los métodos se repiten: secuestro, tortura y desaparición de personas, es lo mismo.

A su protagonista le advierten: "No trates de cagar más alto de lo que tenés el culo". ¿Usted también sufrió presiones o amenazas durante su investigación?

No, la sensación más patente fue la de asco. Pero yo hago ficción.

El comisario Lascano se plantea que debe, al menos, ganarle una "ínfima batalla" a la "infamia del mundo". ¿Usted lo hace escribiendo?

Lo intento, no sé si se la gano. Pero si todos hiciéramos algo ante la injusticia, muchas cosas cambiarían.

¿Qué tiene "el Perro" de usted?

Quizá el desencanto de haber querido cambiar el mundo y haber fracasado, sin que eso nos impida seguir intentándolo.

Usted fue víctima del "corralito" (se quedó sin nada y pensó en el suicidio) aunque se reinventó haciéndose escritor. ¿Las crisis nacen o nos las hacen?

Nos las hacen deliberadamente, no surgen espontáneamente. Estamos en un mundo cada vez más criminalizado, donde el criminal tiene cada vez más poder, incluso político. Hay otros delincuentes, los de la crisis, las finanzas, la pobreza...

La novela negra vive un buen momento, ¿el último premio Planeta a Lorenzo Silva lo corrobora?

Pero no es una buena noticia que la novela negra viva un buen momento, para los que la escribimos sí, pero no para el resto... Lo que es malo para la humanidad, es bueno para la literatura. Se nutre de estas cosas, las crisis, las injusticias. Si el mundo fuera feliz, los escritores no tendríamos razón de existir.

Aun en un mundo infeliz, ¿teme por el futuro de la literatura?

Están en crisis las ventas, todo eso se está transformando. Pero las personas, de una manera o de otra, siempre van a necesitar que les cuenten historias. Es así como aprendemos todo lo que sabemos. Y cada persona vive su vida como una novela.