El palacio de Vallvert, en la calle del Mar de Valencia, es una víctima más del agujero económico en las arcas autonómicas. El edificio es un cúmulo de historia: conserva desde los restos de un almudín del siglo XIV hasta las huellas de la reforma eclecticista que el arquitecto Francisco Mora le practicó en el siglo XIX por encargo del barón de Vallvert, su último propietario. La Conselleria de Cultura presentó en julio de 2010 los restos del almacén de grano medieval y confirmó que el inmueble albergaría un Museo de la Indumentaria. El proyecto, dejado en manos del arquitecto Vicente Guallart, tenía un coste de 2,1 millones y estaba previsto concluirlo en abril de 2011. Más de año y medio después, el inmueble continúa básicamente como entonces: vallado, su fachada cubierta de mallas y la única acción llevada a cabo en 2012 ha sido apuntalarlo, dado su estado "ruinoso", señalan fuentes de la secretaría autonómica de Cultura.

El futuro inmediato no se plantea mucho mejor. Por ahora no hay planes para embarcarse en una obra de magnitud, como la comprometida en los años de bonanza económica. La idea es "hacer lo que se pueda" para mantener el edificio, sin concretar intervenciones y con la mente puesta en retomar el Museo de Indumentaria "más adelante", sin ceñirse a fechas y sin garantizar que se lleve a cabo finalmente el proyecto.

En este sentido, el edificio ha sufrido también los vaivenes habituales por los cambios en el departamento autonómico de Cultura. El compromiso real de la rehabilitación fue adquirido en 2005 por Alejandro Font de Mora tras una serie de robos, aunque existía un convenio de 2002.

El proyecto de Museo de Indumentaria, sin embargo, se puso en marcha años después, durante el mandato de Trinidad Miró.

Con posterioridad, y ya con la crisis en pleno apogeo, la sucesora en el cargo, Lola Johnson, aprovechó la paralización para plantear otros posibles usos del inmueble. En concreto, quería ligarlo a la nueva filosofía que unía cultura y turismo en una misma área, algo que hoy ya es historia.

La actual titular de Educación y Cultura, María José Català, lleva pocas semanas en el cargo, pero las manifestaciones realizadas ayer desde su departamento no cierran la puerta a la posibilidad del Museo de Indumentaria, aunque el Consell Valencià de Cultura ha planteado en varias ocasiones la oportunidad de utilizar para este fin los fondos y el inmueble de Casa Insa, lo que chocaría con el proyecto para el palacio de Vallvert.

Este, contiguo a la casa natal de Sant Vicent Ferrer, fue donado a la Generalitat en 1998 a través de la Fundación Barón de Vallvert, de la que el Consell es patrono mayoritario. El secretario de esta, Francisco Vallés, declinó ayer pronunciarse y remitió a Cultura.