La Feria del Libro de este año se ahoga. Y por ello, los libreros plantean alternativas para poder sacar el cuello del atolladero y no llegar al final del encuentro con unos números jamás vistos en la convocatoria editorial. La lluvia caída durante cinco días de forma ininterrumpida ha llevado a muchos a reflexionar sobre posibles alternativas a fin de intentar cuadrar cuentas. Sólo que tampoco son fáciles de afrontar a estas alturas.

Opciones como mantener abierta una semana más la Feria del Libro en los Jardines de Viveros o hacerlo de forma alterna al menos dos fines de semana consecutivos son algunas de las propuestas obtenidas de los propios participantes que pintan este año los resultados económicos más que grises.

Así los admitían ayer participantes en este encuentro que jamás en su historia había vivido una situación similar y que ha visto mermado considerablemente el volumen de ventas. Aún así, aún hay por delante dos fechas básicas, como son el 1 de mayo, uno de los días grandes de la feria por tradición, y el fin de semana de despedida. Sin embargo, como reconocen fuentes del sector "se han perdido cinco días y de alguna forma habría que recuperarlos".

Los responsables de la Feria admiten que debido a las circunstancias ya se plantearon la posibilidad de mantenerla abierta unos días más, pero la ausencia de una oferta cultural complementaria y la renegociación de todos los permisos y contratos de alquiler de casetas o la misma seguridad les pillaría en un momento sin apenas margen de maniobra. "Es complicado porque sin oferta cultural la feria es un 50%", admitían ayer fuentes del sector del libro. "Permanecer tantos días sólo a la espera de obtener más ventas resultaría difícil de afrontar porque una cosa es reclamo de la otra. Otra asunto sería abrir fines de semana que sí garantiza público. Nos hemos planteado que ya que estamos aquí quedarnos, pero a qué precio. Aún así, hay que admitir que el esfuerzo económico de los participantes es alto y sus resultados no serán los esperados", añadían las mismas fuentes.

De hecho, ponían como ejemplo la Feria de Málaga que por diversas circunstancias decidió un año ampliar sus fechas una semana más, una experiencia que al final resultó un fracaso.

Fuentes de la organización admitían, sin embargo, que si bien las ventas habían flojeado las actividades culturales programadas-presentaciones, debates, firmas y otras actividades- habían gozado de una buena repercusión.

Sin embargo, a diferencia de otras ediciones, la Feria ha preferido este año no dar un balance provisional con el paso de su ecuador. "Ha sido de momento un desastre y se notará", admitían fuentes de la organización que esperaban un repunte con el cambio de las previsiones meteorológicas para los próximos días.

Pese a ello, uno de los participantes reconocía que la Feria significa para muchos libreros y editores salvar la temporada, algo que este año temen no poder conseguir y hay que solucionar.