¿Existe o no la cultura gay? ¿Y qué hay de cierto o falso en esta denominación?

Yo diría que sí, que hay una cultura dentro del denominado colectivo gay, en el que entre todos hemos ido creando unos gustos, expresiones artísticas y similitudes. No se puede catalogar como movimiento, pero existe un discurso, que está ahí, y que como demuestra el cómic se ha ido transformando.

¿Es su cómic un recorrido histórico-musical gay?

Lo que he intentado hacer es un recorrido por las expresiones del colectivo gay en la música pop, a partir de mis investigaciones y estudios en el programa del doctorado. Artistas que dentro de su discografía se han promocionado como gays y, además, han conseguido conectar con el público. A mí es un tema que siempre me ha interesado y en el que he estado alerta, como el de la iconografía pop, y sobre ese mismo eje también han girado mis ilustraciones, siempre con un toque de humor para divertirme, claro.

¿Un cómic solo para público gay?

En absoluto, porque aunque parezca que es un cómic solo gay, creo que es una obra que puede conectar con todo tipo de público. De hecho, lo han leído amigos míos «heteros», que no tienen nada que ver con este mundo, y lo han disfrutado. Hay aportaciones históricas y musicales muy interesantes, con humor también, y que no todo el mundo conoce.

¿Qué tiene el personaje principal, Anselmo, de autobiográfico?

Hay fragmentos de la obra que sí, están hechos a mi medida. Sobre todo, el tema de cómo se vive la homosexualidad en un pueblo pequeño, como lo puede ser Ibi. Pero hay otras muchas cosas que no tienen nada que ver conmigo, y que la gente cercana a mí sabe que es así, porque yo no tengo ni una estrella en el culo ni soy esquizofrénico como Anselmo (risas).

«En el mundo del arte y la farándula siempre hubo mucho mariconeo». ¿Es el humor la base principal de su obra?

Pues lo cierto es que soy muy académico para escribir, y cuando empecé temía estar excesivamente encorsetado. Pero el caso es que me encontré luego con situaciones dramáticas en el cómic que fui desatando con mucho humor, y solo en contadas ocasiones hay pasajes serios, y que se resuelven al final con un final reflexivo y filosófico. Y me ha gustado esa línea que he seguido en los dibujos, tanto que espero seguir haciéndolo.

La religión tampoco se libra del blanco de sus críticas...

En mi trabajo, es una respuesta, no una provocación. Sí es cierto que, en los medios de comunicación, no paran de arremeter contra el colectivo. Pero luego ves por ahí otras cosas (alude a los escándalos sexuales) y, bueno, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. El tono ácido aparece en un par de pasajes, es el contrapunto, pero no quería cargar contra todos. De hecho, el mismo cura que sale en el cómic, es un pringao, y que ayuda incluso a Anselmo. Mira, yo también me muevo en un ambiente religioso, y eso es algo que en los pueblos se nota... esto no es ir contra la iglesia, sino contra algunas cositas.

«Las empresas se empiezan a frotar las manos con nosotros, y hasta nos ofrecen perros gays». Dosis de autocrítica...

Es uno de los temas que estoy tratando en mi investigación. Los argumentos de venta en la publicidad y en la música. Lo cierto es que, para quienes hemos ido viviendo la evolución social o del colectivo gay, pues es evidente que existe una parte unida al mercantilismo, y hay empresas que han ofrecido siempre sus servicios sin discriminar, y hay otras que por las circunstancias económicas no han tenido más remedio que hacerlo.

Jesús Vázquez, Jorge Javier Vázquez o Falete... ¿Con qué divo gay se queda?

De los tres, me quedo con Falete. Jorge (Javier Vázquez) es un icono gay, de la televisión, y ha vendido muy bien ese papel. Jesús (Vázquez) también es un gran profesional y ha dado visibilidad al colectivo con la televisión. Y Falete me gusta por la desinhibición y la evidencia de a dónde va en su expresión artística. ¿Otro icono gay? Boris Izaguirre.

Olvida a Leticia Sabater, que salió a cantar en el Orgullo Gay de Madrid...

Leticia Sabater no es una diva gay, es puro mercantilismo. Se sube al carro con tal de vender. Es una rubia, y a mí no me vende la moto.