La carcoma ha sido el último de los problemas que ha atacado al Palau de les Arts Reina Sofía pero no el primero. Desde su inauguración, hace ocho años, el edificio de Santiago Calatrava no ha dado más que quebraderos de cabeza. Carcomas, inundaciones, problemas de sonorización y visibilidad y trencadís en mal estado son los males de una construcción que ha costado más de 400 millones de euros.

Uno de los problemas que más polémica levantó fueron las inundaciones sufridas por el auditorio valenciano en 2007 cuando las lluvias anegaron parte del coliseo con consecuencias, sobre todo, para los ensayos y los almacenes donde se encontraba el vestuario. Las fuertes lluvias que tuvieron lugar a finales de septiembre de 2007 hicieron mella en el edificio. Entonces, el agua afectó a las zonas de ensayo del coro, estropeó un piano y diversos ordenadores, echó a perder partituras y afectó al vestuario de algunas de sus anteriores producciones. El barro era visible en grandes zonas e incluso entró en los motores de la plataforma. El agua cubrió las tres primeras filas de butacas del auditorio Martín y Soler, aún sin inaugurar y en obras, y tapó las mesas de los despachos del perímetro afectado. Se llegó a hablar de hasta un metro de altura en algunas áreas.

Pero desde el comienzo de su andadura, el edificio de Calatrava ya apuntaba a ciertos errores en su planteamiento. La noche de su inauguración decenas de invitados apenas podían ver el escenario. Esta falta de visibilidad obligó a que la sala tuviera que reformarse dos años después, lo que dio lugar a la eliminación de 200 butacas ciegas y, por tanto, a la reducción de su aforo. La sonorización también produjo ciertos cambios de planes. El auditorio superior, que en principio iba a ser al aire libre, tuvo que ser modificado. Una vez cubierto, se cambió la madera para aislarlo del ruido e insonorizarlo.

Tras el inicio de su primera temporada, Les Arts volvió a sufrir un incidente en 2006. Una de las plataformas escénicas se hundió debido a una avería del sistema hidráulico. Como consecuencia de ello, varias representaciones tuvieron que ser suspendidas y hacer cubrir la plataforma bloqueada para igualar el escenario.

En cuanto a los incidentes más recientes, a principios de este año, el trencadís de la fachada sufría abombamientos que obligaron a actuar sobre él.

Tras esto, el último revés para el auditorio valenciano ha llegado en forma de carcoma. Como ayer publicó Levante-EMV, Les Arts se ha visto obligado a aislar la sala de ensayos de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. La plaga se detectó hace unos meses, aunque no había trascendido nada de su existencia. De hecho, la Orquestra fue trasladada nada más percibirse los primeros síntomas al auditorio superior donde ha venido ensayando las últimas óperas de la pasada temporada. Al parecer, como adelantó este periódico, según diversas fuentes consultadas, hay numerosas zonas afectadas y en la actualidad se está aplicando un tratamiento para su eliminación.

El edificio diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava, desde su inauguración, no ha parado de dar problemas y tiene un coste de mantenimiento que ronda los cuatro millones de euros anuales.