El musical Grease lanza la temporada teatral valenciana con un nuevo montaje creado por la productora Vértigo Tours con motivo de los 40 años del que ya es un clásico de la escena mundial: el musical -seis años anterior a la famosa película de John Travolta y Olivia Newton-John- se estrenó en 1972 y permaneció siete años en Broadway. El espectáculo se estrenó anoche en el Teatro Olympia de Valencia y estará en cartel hasta el 6 de octubre.

Grease ya pasó por este escenario durante el verano de 2010, pero el productor de la nueva versión, Gonzalo Pérez, promete "mucha más marcha, una energía impresionante y los mejores últimos veinte minutos de lo que hemos llevado hasta ahora a Valencia". Y han traído títulos como Hoy no me puedo levantar, Mamma Mia, CabaretChicago.

Para que se entienda mejor: el nuevo montaje de Grease incluye ocho canciones más y dura media hora menos. "Toda una declaración de intenciones, ¿no?", afirma el productor. El espectáculo se extiende durante dos horas y media, incluyendo un descanso de veinte minutos.

La pareja protagonista la forman Marta Arteta (Sandy) -Edurne realiza alguna función- y Javier Arroyo Jota (Danny Zuko). El caso de Marta es especial: vio el musical hace seis años en Bilbao y no ha parado hasta formar parte del elenco.

Coco Comín pasa a ser ahora la directora artística -no solo coreógrafa- del espectáculo y lo ha dotado de una energía brutal, apunta Pérez.

Otro aporte es tecnológico, con una pantalla de leds "que no cansa y apoya algunas escenas".

La nueva producción llega a Valencia medida y rodada, después de estrenarse en diciembre de 2012 en Cádiz.

El productor está satisfecho con el trabajo artístico realizado en el Olympia por una compañía -"un gran circo", dice- formado por casi cien personas.

"Llevamos seis tráilers con material y hemos metido todo, que es lo que cuenta". La cercanía con el público y la "buena" sonoridad son las principales ventajas de la sala.

La música es toda en directo, remarca el productor. Por si alguien tiene alguna duda, la orquesta, integrada por seis músicos, aparece en escena en un momento del espectáculo.

¿Quién no conoce la historia de la pandilla de adolescentes estudiantes de Grease? Después de sucesivas producciones escénicas y tras una película que arrasó en el cine y marcó una etapa, casi nadie.

Ese es el reto de cualquier nuevo montaje: mantener lo que la gente espera ver -no pueden faltar las escenas del coche y el taller, con lo que cuesta en un teatro, donde los decorados no entran y salen por arte de magia-, evocar las imágenes del filme y unirle a todo ello la fuerza del directo.

Con 40 años ya de vida, queda claro que Grease "ha superado el tiempo y forma parte de nuestras vidas". La mejor prueba, dice el productor, es ver a niños y abuelos en la misma platea.