Si el mundo físico se antoja cada vez más inhóspito, hay incontables mundos imaginarios en los que buscar refugio. Como si hubieran captado las señales de socorro del aquí y del ahora, dos sellos editoriales, RBA y Random House (bajo el nombre Fantacsy), han coincidido en lanzar sendas colecciones de literatura fantástica, monstruo de tres cabezas que abarca la ciencia ficción (proyección al futuro), la fantasía (sociedades ancladas en la magia y lo sobrenatural) y el terror (los estados más perturbadores de la psique humana). Tres vías de escape, tres salidas de emergencia, tres planes de fuga.

En Embassytown, China Miéville transporta al lector a un enclave diplomático dentro

de un planeta remoto donde los humanos y los extraterrestres están al borde de librar una guerra apocalíptica, que un héroe de los nuestros deberá impedir no blandiendo armas sino palabras. De posibles cataclismos también escribe Tad Williams en Las sucias calles del cielo, protagonizada por un ángel, Bobby Dollar, que ejerce de abogado de las almas atrapadas entre el cielo y el infierno. El día en que estas comienzan a desaparecer, se resquebraja el equilibrio entre ambas esferas y el fin del mundo tiene más números que con ninguna escalada nuclear.

En La bomba número seis y otros relatos, Paolo Bacigalupi aborda en once historias temas de actualidad que provocan ansiedad e incertidumbre, caso de la globalización, la geopolítica, el cambio climático y los alimentos transgénicos. La sevillana Concepción Perea ha levantado en La corte de los espejos un reino poblado de hadas, TerraLinde, en el que todavía escuece un lejano conflicto bélico. La investigación de un crimen llevará a enemigos declarados a enfrentarse a criaturas mágicas y leyendas oscuras para hallar al culpable. No andan más calmadas las aguas en otro reino, el de Alera, desplegado por Jim Butcher en La furia del aprendiz. Planes de invasión y ataques furtivos amenazan su equilibrio, y los complots para asesinar al Primer Señor se multiplican. Todas las esperanzas recaen en un joven paje que estudia el dominio de fuerzas sobrenaturales.

Los impacientes que se preguntaban dónde está el discípulo de George R.R. Martin ya pueden soltar el aire: Daniel Abraham ha ideado un territorio épico y multirracial en La senda del dragón donde la aventura, el combate, los seres prodigiosos y las fuerzas malignas son tantas que el creador de Juego de tronos ya ha posado su espada sobre sus hombros.