Un año terminada su rehabilitación, más de 500.000 euros de inversión, sin contar el millón pagado en su día por la compra del denominado claustrillo del Abad. Sin embargo, su acceso está prohibido y el edificio permanece vallado y cerrado.

Así se encuentra la rehabilitación y reconstrucción parcial del Palacio del Abad, una de las estancias del Monasterio de la Valldigna, el último elemento recuperado dentro del plan de reconstrucción y recuperación del Monumento Histórico de Simat y reconocido en el Estatut como «templo espiritual, histórico y cultural el antiguo Reino de Valencia y símbolo de la grandeza del Pueblo Valenciano reconocido como Nacionalidad Histórica».

No existe justificación alguna ni nadie conoce los verdaderos motivos de esta situación, aunque algunos técnicos sí han puesto en cuestión esta circunstancia ya que puede afectar a su conservación actual. Sólo algunas fuentes se atreven a especular con la idea de que si el antiguo edificio en semirruinas no es actualmente accesible al público es por la ausencia de dinero público, en este caso de la Generalitat Valenciana, propietaria del complejo, para asegurar su vigilancia.

Pero este edificio que ha recuperado muros, habitáculos o forjados, suelos e incluso una escalera que permite acceder y conocer de cerca la planta noble y el propio claustrillo y que ha permitido la consolidación de sus antiguas ruinas no es la única dependencia recuperada y cerrada al público del complejo arquitectónico.

Así se encuentra también la parte trasera de la iglesia principal que fue recuperada para albergar el museo arqueológico y ofrecer una lectura del edificio y del propio proceso de reconstrucción. Se da la circunstancia de que para su acceso se construyó un falso muro y hasta fue instalado un moderno ascensor que permanece parado.

Sin embargo, lo único que avanza son trabajos arqueológicos en torno al Palacio del Abad que han permitido descubrir la antigua existencia de un claustro anexo al edificio del que se desconocía hasta ahora su existencia. Como gran parte del monumento, sus sillares fueron expoliados y utilizados para la construcción de bancales.

Los excavaciones arqueológicas serán seguramente durante muchos años los únicos trabajos que se realizarán en el complejo dada la situación de las arcas públicas. Sin embargo, este hecho no debería impedir a los visitantes el disfrute de las zonas recuperadas hasta ahora y carentes de contenidos. Los trabajos en el monasterio se han venido desarrollando durante los últimos veinte años y hasta se preveía construir en su interior una hospedería, algo finalmente descartado.