Cantar en tierras valencianas es algo más que cantar. Lo dejó escrito Joan Fuster y los integrantes de Al Tall lo han vivido en sus carnes durante más de 38 años. El próximo 18 de octubre se «jubilan». Punto final. No habrá márcha atrás ni arrepentimientos, aseguran. Josep Aparicio Apa, Joan Francesc Mira, Antoni Furió, Xavi Sarrià, Toni Pastor, Enric Valero, Rafa Xambó, Toni Gisbert y representantes de entidades como Escola Valenciana acompañaron ayer en el Octubre Centre de Cultura a Vicent Torrent, Manuel Miralles, Jordi Reig y Maribel Crespo, cuatro de los miembros de la última formación, en la presentación del adiós «definitivo», para siempre.

Será con un concierto en la ciudad de Valencia (en el Palacio de Congresos) el 18 de octubre, justo un año después del comunicado en el que informaban que lo dejaban.

«¿Por qué nos vamos? Sencillamente nos jubilamos. Todo el mundo lo hace si puede», aseguró Torrent, uno de los dos fundadores del grupo que se mantiene. El otro es Manuel Miralles. «No queríamos hacer lo de otros, que se van pero no terminan de irse. Antes de anunciar nada, lo pensamos bien», dijo este último.

«Quién se jubila es el colectivo, la marca Al Tall, pero los objetivos no los damos por cerrados», señaló Torrent. «Damos por cerrado nuestro ciclo, pero colaboraremos y continuaremos formando parte de la gente que lucha por un País Valenciano libre y vivo», agregó en un breve discurso.

Antes del concierto de Valencia les quedan algunas actuaciones: Manresa, hoy, en el que será su último escenario en Cataluña; Corbera, el 5 de octubre; Castelló, el día 8, y Teulada, el día 9. El 18 será el del Palacio de Congresos de Valencia —Levante-EMV colabora en el mismo— y luego, el silencio.

De Barcelona se despidieron en abril en compañía de artistas catalanes y de las Baleares. El último concierto, el del cap i casal, también será especial.

Miquel Gil —otro de los fundadores del grupo— reemplazará a Enric Banyuls, al que una enfermedad le impide cantar. Estará el resto de la fomación actual (Robert Moreno y Xavier Ahuir, además de los cuatro citados), «la más cohesionada», en opinión de Reig, que lleva «sólo» 27 años en ella. Les valencianas de la cançó, como Pau Alabajos y Xambó, los únicos confirmados por ahora.

Será un concierto para recordar canciones emblemáticas (La processó y Vergonya, cavallers, vergonya son las dos que citó Miralles) y otras «que son importantes para nosotros». Será grabado, pero no está confirmado que vaya a ser editado.

Los componentes del grupo destacaron ayer —también el crítico Víctor Mansanet, que hizo de introductor— las dos raíces de Al Tall: la regeneración, que no reproducción, del lenguaje musical autóctono (la vía valenciana de la riproposta) y la aportación a la «recuperación nacional como pueblo».

Casi cuarenta años dan para mucho. Para recuerdos acumulados durante los ensayos en la andana de Massanassa, para tener una calle en Simat de la Valldigna o recibir los reconocimientos de la Generalitat de Catalunya, del Consell Valencià de Cultura (CVC) o el Premio Importante de Levante-EMV, rememoraron ayer. Y para no olvidar al compañero que se quedó por el camino (Enric Ortega).

«¿El peor momento? Cuando mandaba la izquierda. En esos años posteriores [en torno a 1985] hubo alguno en que solo dimos cuatro conciertos [en recintos públicos]», señaló Miralles. Incluso se plantearon abandonar. Pero no, continuaron. Hasta ahora, cuando llega el momento del «descanso merecido».

Sin televisión ni radio públicas en el acto

Cambian los directores, cambian los modelos empresariales, pero hay conductas que permanecen. Ni la televisión ni la radio autonómicas dieron cobertura ayer al anuncio del «últim concert» de Al Tall. Si un alienígena hubiera caído ayer en el Octubre Centre, hubiera visto a alguna televisión privada (Levante TV) y a la televisión y la radio públicas de Cataluña. Extraño lugar, hubiera pensado quizá. Víctor Mansanet se refirió a algo de esto cuando habló de «estos tiempos de desagradecidos, que cortan el paso a una parte de la cultura»

Avisan sobre el incierto futuro de la fonoteca

Vicent Torrent es uno de los impulsores de la fonoteca de músicas tradicionales valencianas que conservaba y gestionaba hasta hace poco el Institut Valencià de la Música (IVM). Jordi Reig, investigador además de músico integrante de Al Tall, alertó ayer de la situación de «incerteza» de este proyecto ante los cambios en los institutos culturales. El IVM ya no existe, ha sido absorbido por CulturArts, que ha llevado a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE), de forma que los centros de documentación están en un momento de dudas sobre su futuro. «¿No sabemos dónde irán?», dijo Reig.