La plaza de Manises se convirtió ayer en una improvisada sala de conciertos. A media mañana, como medida de promoción del concurso de piano José Iturbi, tres jóvenes estudiantes del Conservatorio Superior de Música Joaquín Rodrigo deleitaron a los vecinos y a las decenas de turistas que paseaban por la zona con las teclas del piano instalado delante de la sede de la Diputación de Valencia. Sin embargo, esta novedosa experiencia de trasladar la música al centro de la ciudad tuvo que superar varias contrarieades. La primera fue el requerimiento por parte de la Policía Local del permiso pertinente para la celebración del acto. Pocos minutos antes de empezar el recital, los empleados de la corporación provincial tuvieron que mostrar a los agentes los documentos en los que quedaba claro que todo estaba en regla. Además, el constante paso de vehículos deslució la actuación de los tres pianistas, ovacionados. p. v.valencia