El Festín de la araña es el título enigmático de la exposición que inaugura hoy en Madrid Carmen Calvo (Valencia 1950), una de las artistas más importantes de los últimos treinta años, inclasificable, vinculada al surrealismo por su utilización de la técnica mixta y los objetos en sus cuadros.

«La araña siempre envuelve, teje y vuelve a tejer» explicaba ayer la artista durante el montaje de la exposición que abre la temporada en la Galería Fernández Braso, una treintena de obras, en su mayoría retratos con el rostro oculto, realizadas en 2013.

Niños con una máscara pintada o un trazo gestual, el hombre invisible con la cara borrada, mujeres con el rostro oculto por tela o tul o también con el rostro construido nuevamente con barro, como escultura. El título es también el de una escultura-instalación que se exhibe y nos habla de su forma de crear: volver a hacer a partir de la tradición y la vanguardia, de una continua investigación, que lleva a otro modo de ver.

La exposición es un recorrido sobre el arte en torno al retrato y la narración de los personajes, que la artista crea a partir de fotografías principalmente aumentadas a escala e intervenidas con objetos o pintura o barro y fotografiadas digitalmente de nuevo.

La artista acude a los rastros de todas las ciudades y países que visita y compra objetos con los que establece una relación y que luego aplica en sus obras.

En la exposición están además tres collages de pequeños objetos sobre caucho, de 2006, obras que nunca antes se habían visto en España, aunque este tipo de collage es muy conocido entre las creaciones de esta artista, que representó a España en la Bienal de Venecia de 1997 junto con Joan Brossa.

Calvo es consciente de que sus obras están llenas de enigma y significado oculto que interroga al espectador y le hace reflexionar.