La fuerza de las vanguardias históricas hizo que fueran muchos los pintores que quedaran desplazados de la actualidad artística y entre ellos se encuentra el valenciano Manuel Benedito, al que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que formó parte, dedica una exposición.

Conocido especialmente por su faceta como retratista de la aristocracia y la alta burguesía, esta exposición, promovida por la Fundación Manuel Benedito, trata de recuperar la figura del prolífico pintor que disfrutó en vida de gran fama y reconocimiento.

"Hace sesenta años era impensable que fuera necesario poner en valor la obra de Benedito (Valencia,1875-Madrid, 1963). Era extremadamente popular y la gente guardaba largas colas para poder ver sus pinturas. Tuvo una gran recepción crítica y popular desde muy joven", afirmó ayer Pascual Masiá, comisario de la primera antológica que se celebra en Madrid desde la muerte del artista hace cincuenta años.

Formada por cincuenta y cinco piezas, entre óleos sobre lienzo o tabla, dibujos a lápiz o carbón, acuarelas y grabados, la exposición ofrece un ejemplo de los temas que interesaron al Benedito, entre ellos los paisajes, retratos, bodegones y cuadros de tema en los que predominan el tamaño natural o las grandes composiciones.

Pascual Masiá lamentó que artistas como Benedito fueran excluidos y dejaran de estar en los círculos predominantes "por su tipo de pintura académica que reflejaba la realidad" y recordó que su clientela fue muy importante, "motivo por el cual no hay prácticamente obra suya en el mercado del arte".

Con una gran formación artística, fue el principal discípulo de Joaquín Sorolla aunque muy pronto se alejó de los postulados de su maestro para tomar un camino propio. Tampoco le interesaba la ruptura vanguardista aunque siempre respetó a Picasso por su gran formación técnica.

La biografía de Manuel Benedito demuestra "que nunca fue un pintor conformista ya que buscó su propio camino. Era un pintor más sereno y pulcro que Sorolla", explicó el comisario, quien recordó que además de con Sorolla, tuvo relación con los movimientos europeos durante sus viajes a Italia, Francia, Holanda y Bélgica.