La Nau de Sagunt, el espacio de Altos Hornos que fue recuperado por la Generalitat para su reconversión en espacio teatral aún debe 25 millones de euros de su rehabilitación. La deuda es con una entidad financiera y ha sido asumida por la Generalitat después de que fuera disuelta la Fundación de las Artes producto de la fusión de la Fundación de las Artes Contemporáneas con la de las Artes Escénicas. En esta última figuraba la cuñada del expresidente de la Generalitat Francisco Camps como alto cargo.

La Fundación de las Artes, cuya plantilla quedó reducida a cuatro personas pese a no tener actividad alguna, repartió durante el último año antes de su disolución, esto es 2011, la cantidad de 300.000 euros entre sus cuatro empleados.

La Nau de Altos Hornos, sin embargo, nunca llegó a ser titularidad de la Generalitat Valenciana. Pertenecía a la conocida como Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), un holding empresarial público vinculado ahora al Ministerio de Hacienda. Nunca llegó a formalizarse su cesión definitiva al patrimonio de la administración autonómica valenciana.

Según diversas fuentes consultadas por este diario, la Generalitat baraja devolver al Gobierno el uso de la nave pese al elevado gasto que afrontó en su rehabilitación. La Nau lleva años cerrada y a sus puestas aún está amontonada la escenografía que se encargó a Santiago Calatrava para su espectáculo inaugural Las Troyanas cuyo coste superó los cuatro millones de euros.

Tras una serie de espectáculos millonarios financiados por la Generalitat y que sólo se vieron allí„se desconoce dónde se encuentran almacenadas las producciones„la Generalitat echó el cierre al espacio que apenas fue usado para espectáculos menos durante el festival Sagunt a Escena o una misa popular. Cerrada lleva más de tres años.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Sagunt ha reclamado en varias ocasiones la necesidad de sacar partido a una inversión ruinosa en todos los sentidos. En diversas ocasiones ha reclamado su cesión para la organziación de eventos. Incluso algunas empresas se interesaron en su alquiler para la celebración de conciertos de música aunque sin éxito.