El Palau de les Arts abre hoy una de sus temporadas más complejas. Es difícil evaluar si se trata de la más difícil cuando en la corta historia del coliseo (8 años) figura ya una inundación por lluvias que dejó decorados y sastrería para el arrastre y una avería de la plataforma escénica que obligó a modificar parte de la programación. Pero el inicio de esta temporada viene precedido de un acuerdo que salvó la independencia jurídica de Les Arts „no se integrará ya en CulturArts„ y que supuso como contrapeso un expediente de regulación de empleo (ERE) con 40 despidos (la propuesta inicial era de 117) y un empeoramiento de las condiciones laborales del resto.

Además, este será el último curso con el israelí Omer Meir Wellber como director musical del teatro lírico valenciano, que ya ha anunciado que no renovará su contrato, que finaliza en junio. La prueba más evidente de que el final de esta relación no ha sido demasiado pacífico es que Wellber no dirigirá ninguna ópera esta temporada. Su participación se limita a diversos conciertos.

Otra novedad del curso es la entrada de musicales (Los miserables) en el escenario, un deseo de la Generalitat para mejorar la cuenta de resultados del coliseo.

También representa cierto cambio que la intendente, Helga Schmidt, vuelve a quedarse sola al frente de la nave, tras la jubilación de la administradora, Concha Gómez Ocaña, cuya plaza, en el panorama actual de restricción de costes, se amortiza.

Y Zubin Mehta, por otra parte, gana protagonismo al frente de la Orquestra de la C. Valenciana. Al margen de la presidencia del Festival del Mediterrani, el maestro de Bombay dirige La traviata, de Giuseppe Verdi, que se estrena hoy y hará lo mismo en Die Walküre, de Richard Wagner, en noviembre.

Centrados en lo artístico, esta Traviata es una producción alquilada a la Nederlandse Opera, de Ámsterdam, basada a su vez en la producción con la que el director de escena alemán Willy Decker triunfó en el Festival de Salzburgo en 2005. Entonces los papeles principales los interpretaron Anna Netrebko y Rolando Villazón. Palabras mayores. En el Palau de les Arts, Jessica Nuccio (hoy y los días 24 y 29 de este mes) y Sonya Yoncheva (2, 7, 10 y 13 de noviembre) compartirán el papel de Violetta, mientras que el tenor Ivan Magrì „conocido en Les Arts por Rigoletto e I due Foscari„ será Alfredo Germont.

Meisje Barbara Hummel es la directora de escena de esta reposición de la producción de 2005, que sigue las directrices marcadas entonces por Decker. El alemán despoja la escena de todo elemento histórico para evitar cualquier barrera entre el espectador y la heroína, a la que da todo el protagonismo.

«Al situar el drama a mediados del siglo XIX, algo que se convirtió en costumbre en el siglo XX, el presente se convierte pasado y si hay algo crucial en esta obra es que Violetta nos es alguien familiar», argumentaba Decker en su momento sobre su mirada antihistoricista. Su tesis es que Verdi quiso crear «una heroína contemporánea alejada de los estándares operísticos», de forma que el autor se pone claramente de su parte y la persigue «como un amante obsesionado».

El barítono Simone Piazzola y alumnos del Centre del Perfeccionament completan el reparto de la segunda Traviata en Les Arts. La primera la dirigió Lorin Maazel en 2010.