Beatriz Giner tiene 24 años, ha acabado el Máster en Arqueología de la Universitat de València y va a empezar su tesis doctoral. Como en otras ocasiones, a principios de mes acudió junto al catedrático Valentín Villaverde a iniciar una campaña de excavaciones. Era en la Cova Negra de Xàtiva, donde no se había movido tierra desde hace 22 años. La primera semana la dedicaron a preparar la cueva. En la segunda, empezaron a sacar los niveles de relleno, donde suelen aparecer restos de fauna „lo que comían nuestros antepasados los neandertales hace unos 40.000 años„ y entonces, Beatriz dio con un fósil que le hizo dudar de qué especie podía proceder. Hasta que se dio cuenta de que estaba ante el fragmento del cráneo de un humano. El brillo de los ojos que acompañaba ayer a su relato evoca la emoción del momento y el júbilo que supuso para el equipo, que en los días siguientes localizó otros dos restos humanos. «Una suerte», comentó ayer Villaverde, al presentar los hallazgos.

Los tres fragmentos corresponden a un parietal de neandertal adulto, un parietal de neandertal infantil y un premolar de un niño que murió antes de tener la dentición definitiva (de 2 a 5 años).

Desde los años 30, cuando Gonzalo Viñes encontró el gran parietal que es emblema de la Cova Negra se habían localizado 22 restos neandertales correspondientes a siete individuos, cuatro de ellos niños.

Con los últimos hallazgos, la cifra de restos neandertales se eleva a cinco y los individuos podrían ser ocho, ya que el parietal adulto descubierto ahora es «totalmente distinto a los dos conocidos», apunta Villaverde, que pide, no obstante, un «poco de prudencia», porque la investigación está en fase preliminar.

Con todo, los últimos hallazgos sitúan a la Cova Negra como la tercera por número de individuos neandertales de la Península Ibérica, después de la del Sidrón (Asturias) y el Boquete de Zafarraya (Málaga), y «una de las más destacadas de Europa y Oriente Próximo».

El yacimiento del Paleolítico Medio de la Costera tiene un valor añadido, ya que ningún otro peninsular cuenta con tantos fósiles de niños. El catedrático de Prehistoria valenciano está convencido de que el molar que ha salido a la luz estos días está relacionado con otro resto infantil de campañas anteriores, que tiene una relevancia especial por su antigüedad sería de 80.000 años, cuando el resto de piezas de la Cova Negra se sitúan en una franja de 30.000 a 60.000 años.

Del material encontrado ahora destacan asimismo las líneas paralelas que se ven en la parte externa del parietal infantil. Están producidas por un útil cortante y serían evidencias de canibalismo o de algún ritual, según Villaverde. Ambas prácticas han sido documentadas en otras cuevas españolas y europeas, pero nunca en la C. Valenciana. Incluso, dada la antigüedad de los restos infantiles, podría tratarse de las huellas más antiguas, en lo que se refiere a los neandertales, de este fenómeno en España, si bien ello requiere una datación más precisa, subraya.