La escena española está cada vez más polarizada en Madrid y Barcelona, mientras el tejido periférico se va descomponiendo. Lo dijeron las compañías hace unos meses y el anuario de la SGAE, presentado el pasado lunes, ha puesto una extensa música de cifras a esa partitura que la gente de las tablas tocaba de oído pero con acierto.

En el caso valenciano, las representaciones de artes escénicas (teatro, danza, ópera y zarzuela) suponían en 2008 el 8,6 % del total de España. Cuatro años después, en 2012, son solo el 6 %. La pérdida de peso específico es del 30 %.

No hay otra comunidad autónoma donde la caída sea tan fuerte. El fin del Circuit Teatral Valencià (en vías, ahora, de resurrección), la cancelación de los convenios con las compañías, los recortes, en fin, lo explicarían. Es la evidencia, en números, de que los lamentos de los actores, actrices y compañías no eran estos años gratuitos.

Mientras esto sucedía en tierras valencianas, Madrid y Cataluña han aumentado su peso específico en el mundo de la escena. Madrid acapara ya el 29,6 % de las representaciones que se realizan en España (estaba en el 26,3 % en 2008). Cataluña ha pasado en el mismo periodo de significar el 20,9 % al 23,1 %.

Pero lo que tiene más relevancia visto desde una óptica valenciana es que comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Navarro o Euskadi han soportado mejor estos años de crisis económica y han mantenido o incluso han aumentado su peso en la distribución estatal de representaciones.

Los espectadores y la recaudación en los locales valencianos también han caído desde 2008 (de 1.807.003 a 1.269.366 asistentes y de 10,3 millones a 8,5), pero la importancia relativa de la Comunitat Valenciana dentro del total español se mantiene en el caso de estas variables. El dato da para una reflexión sobre el nivel de ocupación de las salas y la política de precios.

Por disciplinas, el teatro valenciano no difiere del general de las artes escénicas: de suponer el 8,8 % de todas las funciones de España a pasar a ser el 6,2 %. Solo en 2012 ha perdido 175.000 espectadores y 1,6 millones de recaudación. Es llamativo que los ingresos del teatro, que aumentaron hasta 2010, estén hoy por debajo de los de 2008.

Con respecto a la danza, de cada tres representaciones que se hacían en 2008, hoy solo se hace una. Y de la lírica (ópera y zarzuela representadas) puede decirse casi lo mismo: de 149 funciones ha pasado a 66.