La sombra de los Rivelles es alargada en Valencia. La saga de artistas despidió a uno de sus miembros más populares la semana pasada. Amparo Rivelles murió el jueves a los 89 años y, aunque madrileña de nacimiento, de adopción y orígenes fue auténticamente valenciana.
Su vinculación con esta tierra le viene de sangre. Su padre fue el también reconocido actor Rafael Rivelles, vecino ilustre del barrio del Cabanyal, en cuyas calles vivió el «laureado actor», tal y como reza la placa conmemorativa en la fachada de una de las casas donde el intérprete residió entre 1971 y 1996. Rafael nació en el número 1 de la calle Colón, junto a los camerinos del
teatro Ruzafa. Además, cuenta con una calle que comparte con su padre, Jaime Rivelles: la calle del actor Rivelles, cercana a la avenida del Barón de Cárcer.
El barrio marítimo también otorga un lugar privilegiado a la madre de Rafael Rivelles y abuela de la recién desaparecida Amparo: Amparo Guillén. La calle recuerda la profesión de la abuela de Rivelles, también actriz, y corre perpendicular a la calle Reina del distrito marítimo.
Los orígenes valencianos de «Amparito» Rivelles fueron reconocidos en diversas ocasiones por la ciudad. El 10 de octubre de 1996 fue distinguida como hija adoptiva de la ciudad, reconocimiento que compartió con el también actor valenciano Antonio Ferrandis. «Ya no tendré que mentir cuando me pregunten si soy valenciana», dijo la actriz en aquella ocasión.
Posteriormente, en enero de 2005 la ciudad volvía a ponerse a los pies de la gran dama de los escenarios. La Universidad Politécnica de Valencia la investía Doctora Honoris Causa en reconocimiento a sus 65 años de carrera. Ese mismo año, la Mostra de Cine del Mediterrani quiso rendir homenaje a su padre, Rafael Rivelles, fallecido en 1971 y enterrado junto a sus padres en el cementerio del Cabanyal, el barrio de su niñez.
