Incertidumbre y desasosiego. Son las palabras más habituales entre el personal de la Fundación La Luz de las Imágenes al ser preguntado sobre su situación. La entidad recibió en agosto de 2012 la noticia de que iba a ser una de las siete que se integraban en CulturArts. El plazo máximo para la extinción e incorporación al nuevo conglomerado era el 31 de diciembre próximo. A fecha de hoy, ningún trámite formal se ha realizado y todo apunta a que la fundación como pasó con la del Palau de Les Arts quedará fuera, aventuran en el departamento de María José Català, sin más concreción. La entidad está pendiente del articulado final de ley de Acompañamiento de los Presupuestos, cuyo anteproyecto contempla nuevas fórmulas para liquidar fundaciones con deudas. Es el caso de la dedicada a la restauración de patrimonio de la Iglesia, con un pasivo de 3,8 millones.

La extinción formal de la entidad parece, por tanto, cantada. Lo que no se sabe es qué ocurrirá con los 36 empleados (26 restauradores y 10 de administración, todos elegidos por libre designación, a dedo) y con la actividad que han realizado desde hace trece años.

Un motivo más para la inquietud son los presupuestos oficiales del año próximo, en los que aún aparece la fundación, pero con un 47 % menos de fondos (de 4,4 millones de euros en 2013 se pasa a 2,3) y sin más actividad programada que la finalización de la próxima exposición de La Luz de las Imágenes, El esplendor del maestrazgo. Culla, Catí, Benicarló y Vinaròs, a celebrar a partir del 4 de diciembre.

Es significativo que las cuentas de 2014 prevén la misma cantidad que este año para gastos de plantilla (1,1 millones), pero incluyen un tijeretazo de casi dos millones a las inversiones (de 2,8 millones a 0,8). Da idea de la ausencia de planes futuros para la entidad, algo que también se refleja en la exposición de objetivos para el año próximo, donde la única mención es a la muestra en los municipios del Maestrat.

En medio de esa situación, y para liar más aún la madeja, está la implicación (presunta) de la fundación en la financiación irregular del PP valenciano a través de la trama Gürtel. La gerente de la entidad, Carmen Díaz Quintero, fue imputada en mayo pasado dentro de esta investigación judicial. La consellera Català y el Ejecutivo de Alberto Fabra se mostraron a favor públicamente de que no continuara en el cargo. Sin embargo, Quintero sigue gracias al apoyo mayoritario del patronato de la fundación, en el que están también las diputaciones, varios ayuntamientos y los obispados.

Los trabajadores exigieron ayer a Cultura que aclare su futuro y «garantice» su continuidad. Han escrito a Català y al titular de Hacienda, pero sin recibir respuesta, dijo un representante, que añadió que son partidarios de la integración en CulturArts. Han elaborado un plan de viabilidad para realizar exposiciones de menor coste y la misma repercusión.