El economista y escritor barcelonés Fernando Riquelme lanza una nueva obra a medida del público indignado, Los inmorales (editorial Sepha), un año después de la novela Hijos del Trueno sobre la crisis económica española.

Riquelme se atreve esta vez con un thriller político que hace reflexionar sobre la ambición del poder tanto por su contenido escandaloso como por los casos de corrupción y abuso de poder que recuerdan intencionadamente a hechos y personajes de actualidad.

La trama arranca con Ernesto Aguilar, un exitoso periodista que descubre que alguien ha maquinado una venganza contra él mediante el homicidio de su exnovia y un posterior correo electrónico inculpatorio desde su ordenador.

Las malas influencias le llevaron a formar parte de la sociedad secreta La orquídea roja, un club de encuentros sexuales con influencias políticas en la sombra, en el que los futuros miembros tenían que explicar en público un suceso arduo de su vida personal para entrar en el grupo. El periodista pertenece al comité que se encarga de la admisión de nuevos socios, por lo que tiene acceso a todos los secretos comprometedores de los aspirantes más influyentes.

La ambición de Ernesto por escribir una novela de éxito le lleva a publicar las confidencias de los miembros en el libro Los inmorales, revelando la identidad de sus compañeros. Pero el abuso de confianza se vuelve contra él, al percatarse de que ha sido una marioneta de una conspiración para sacar a la luz los escándalos de sus socios.

La novela trata en definitiva de poner los pies en la tierra al lector a través de un ambiente obsceno rodeado de la codicia de personajes depravados que evidencian que «los que gobiernan el mundo no quieren que sea justo».