Miguel March (1633-1670) es uno de esos secundarios de la Historia del Arte cuya figura se acrecenta cuando es objeto de más estudios. Ahora sabemos que el hijo del también pintor Esteban March estuvo en Italia con Ribera (el «Españoleto») y que imitó sus modelos. Pero en opinión de expertos, es aún un autor pendiente de una revisión para mostrar su importancia en la Valencia barroca de mediados del siglo XVII. Si no pasa nada raro, una de las obras principales de March irá a parar el próximo 4 de diciembre a manos de algún coleccionista privado, posiblemente extranjero. Se trata de la Alegoría de las Artes, que la casa Sotheby´s de Londres subasta con un precio de salida de entre 70.429 y 93.905 euros.

No es la primera vez que esta pieza se somete a una puja. Ella y una pintura compañera, Campesinos mofándose de un viejo, fueron vendidas el 23 de enero de 2004 en Christie´s de Nueva York y compradas para colecciones privadas españolas. Entonces se vendió por algo más de 92.000 euros, precio similar al de ahora. En aquel momento, el Museo de Bellas Artes de Valencia se interesó por las dos obras, pero descartó la adquisición por falta de fondos.

La singularidad de esta Alegoría de las Artes Liberales es que, en el apogeo de la pintura barroca, es difícil encontrar en España obras que escapen del contenido religioso. Las que se dan están focalizadas en torno a la corte de Madrid.

De ahí la relevancia de estas dos piezas de Miguel March, que en opinión del conservador de pintura del Museo de Bellas Artes de Valencia, José Goméz Frechina, formarían un conjunto. Posiblemente, aventura, ambas son el resultado del encargo de un patricio culto valenciano.

El especialista valenciano ha sido el encargado de confirmar la autoría de March en la ficha del cuadro en el catálogo de Sotheby´s.

Gómez Frechina no esconde que el destinatario ideal de este «excelente lienzo» de March sería el Museo de Bellas Artes San Pío V, que posee otros óleos del autor barroco valenciano.

Pero esa posibilidad se antoja más que difícil dada la situación financiera de la Generalitat. «En Francia hemos visto recientemente una suscripción altruista por parte de particulares y empresas para adquirir un Ribera para un museo local y en el Reino Unido existe una lotería nacional para estos casos», replica el conservador. Por ahora, soluciones de ese cariz no se han puesto en práctica en tierras valencianas.

Al menos, el especialista expresa su deseo de que alguna fundación o particular valenciano pueda adquirir esta Alegoria, si bien reconoce que «el coleccionismo de arte antiguo en Valencia no está, ni de lejos, en su mejor momento».