El rey Martín el Humano fundó la cartuja de Valldecrist a finales del siglo XIV. Más de doscientos años después, Joan Ribalta (Madrid, c.1596 - Valencia, 1628) realizó un gran cuadro de altar para el cenobio que, en honor del monarca, representa a San Martín. Esta pintura nunca se ha visto.
Se sabe solo de ella por algunas referencias escritas lejanas en el tiempo: fray Joaquín Vivas la menciona en un manuscrito sobre la Fundación de la Real Cartuja de Val de Cristo, citado a su vez por José María Pérez en un artículo Pintores y pinturas en el Real Monasterio de la Cartuja de Valdecristo (Altura, Castelló) de 1936. Sin embargo, la obra, que sería una pieza importante de los inicios del barroco valenciano, ha sido hallada ahora en una colección privada de Granada.
La identificación la ha realizado el conservador de pintura del Museo de Bellas Artes de Valencia, José Gómez Frechina. En su opinión, este lienzo de altar de grandes dimensiones (281 x 183 centímetros) hubo de ser, «con visos de verosimilitud», el San Martín referido.
Según el especialista, el estilo de este San Martín con el pobre de Joan Ribalta corresponde al periodo final del artista, en torno a 1620 y 1624, cuando realiza las pinturas para la población de Andilla y el «magnífico» Sueño de San Martín para la iglesia del monasterio de agustinas de San Martín en Segorbe.
Joan Ribalta era hijo de uno de los grandes creadores españoles barrocos, Francisco Ribalta. De la precocidad como pintor del hijo queda constancia en el Museo de Bellas Artes de Valencia, que conserva el cuadro Preparativos para la crucifixión, pintado para el monasterio de San Miguel de los Reyes con solo 18 años.
Obras de Joan Ribalta se encuentran también en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y en el Bellas Artes de Bilbao, si bien su etapa final es la peor documentada.
Al fondo del cuadro de San Martín, Ribalta hijo introduce la leyenda del sueño por el que se crea la cartuja de Valldecrist. Según esta, el infante Don Martín (que luego sería Martín el Humano) tuvo una visión del valle de Josafat y buscó el lugar real más parecido para erigir un monasterio. Ese enclave fue el valle entre Segorbe y Altura.
Esta es una de las razones para pensar que el lienzo en cuestión es el que Ribalta realizó para la cartuja valenciana, buena parte de la cual ha desaparecido a día de hoy, mientras no se abandonan los proyectos de recuperación.
La pintura de Joan Ribalta debió de ser una de las víctimas de la desamortización del edificio religioso en el siglo XIX.
La intención de los propietarios del cuadro es ponerlo a la venta. En otros tiempos, sería un objetivo para la pinacoteca valenciana, la Generalitat o el propio ministerio. Hoy se antoja casi un sueño. Como el de San Martín.
