El Arenal Sound no es un festival al uso, y la prueba se vivió ayer con el primer concierto en el escenario principal. Los asistentes al festival de la playa de Burriana llenaron gran parte del recinto para ver la rumba de los catalanes de La Pegatina. Mientras, dejaban de lado otros conciertos que pasan desapercibidos. La mezcla en el cartel del estilo indie, abanderado por el FIB y el resto de festival veraniegos, con el mestizaje es algo que solo ocurre en Burriana, y como ha resultado , la organización continúa con la misma táctica.

Pero un gran porcentaje de los sounders no está interesado en los grupos del cartel. Llegan a Burriana para la playa, la fiesta y la música que suene da un poco igual. Sólo hay que ver el ambiente de la piscina durante las horas de sol.

Pero hay asistentes que vienen por los conciertos, y se les notan las ganas de que abran el recinto de conciertos para estar en primera fila. Un poco antes de las 20.00 arrancó todo ayer. Los catalanes de La Pegatina fueron los amos y señores del recinto. La relación entre el grupo y el Arenal Sound es como de primos hermanos, que se encuentran solo en verano y para charlar un poco. Tres años después de estar en el escenario de la playa, el Arenal decidió llevarlos al principal, este año, más grande que nunca.

El vocalista, el Pegatina, dijo que estaban «donde nos merecemos» y arrancó la fiesta. No terminaron solos el concierto: los Trashtucada de Chiclana se sumaron a la fiesta. Y los de Love of Lesbian tampoco se lo pensaron dos veces. Los catalanes, la rapera Azelia Banks y la fusión de Cristal Fighters eran el plato fuerte.