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Festivales de música

Un año de malos "bolos"

Los promotores estiman en un 60% la reducción de contrataciones de grupos y artistas en los dos últimos años

Un año de malos "bolos"

Los festivales de música que cubren de norte a sur la geografía nacional y se suceden desde primeros de mayo hasta mediados de septiembre más de una veintena de gran nivel e infinidad de menor presupuestose han convertido en la tabla de salvación de la gran mayoría de grupos españoles. No así de otros cantantes y artistas que desde hace un tiempo han visto como sus contrataciones, los conocidos «bolos», caen en picado.

Según admite el sector de los promotores musicales, la contratación de artistas en los últimos dos años ha sufrido un descenso cercano al 60%, una cifra que parece no haber tocado fondo y que camina de forma paralela a la reducción de cachés, algunos estimados entre en un 30% y un 40%.

Los promotores confiaban en una mejora sustancial este año. Sobre todo porque es el último verano antes de las próximas elecciones autonómicas y municipales, algo que movía antes a los ayuntamientos a la contratación de artistas para sus fiestas populares. Pero ni por esas.

Tampoco se han producido este año grandes giras nacionales. Sin ir más lejos, salvo Malú Bisbal lo hará a comienzos de septiembre y servirá para tomar de nuevo la temperatura ningún artista de cierto tirón y ventas discográficas destacadas ha utilizado algún gran espacio de Valencia este verano. Los artistas se han refugiado en sus cuarteles a la espera de anhelados mejores tiempos y sobre todo una tan reclamada bajada del IVA cultural que ha disparado los costes de producción de forma considerable.

«Artistas que hace cuatro años eran impensable que escucharan ofertas a la baja lo están haciendo ahora», reconocía a este diario un representante del sector que no dudaba en calificar de «muy preocupante» el panorama.

«La gente se ha vuelto muy selectiva. Ya no va a todo sino que escoge bien porque las entradas tampoco resultan baratas y la economía manda», admitía otra fuente para quien el primer nivel del espectáculo «nunca bajará» y la «clase media no duda en pensárselo».

Sin ir más lejos, la situación tampoco le ha sido halagüeña al ciclo de conciertos de la Feria de Julio que ha tenido sus altibajos. Incluso uno de los grupos de referencia del pop español anunciado tuvo que anular su actuación pocas fechas antes debido a que la venta de entradas no arrancaba y las pérdidas se veían venir.

Este hecho, sin embargo, ha generado un efecto contrario y es que si bien los grupos aprovechaban el verano para realizar sus giras, ahora no se interrumpen durante el invierno aunque en otros formatos, en salas de aforos más reducidos y a taquilla.

Como reconoce la Asociación Nacional de Representantes del Espectáculo, una prueba evidente del cambio de modelo de negocio está «en la cantidad de recintos privados puestos a disposición de artista que otrora tenían como única salida fiestas programadas por Ayuntamientos o Comisiones de Festejos».

La entidad cree que hay que adaptarse a un nuevo modelo de trabajo, si se quiere sobrevivir, que es el que ya se vislumbra y está alejado de las corporaciones locales.

Los datos, sin embargo, contrastan con la ligera recuperación en el primer semestre del año de la venta de música, bien en soporte físico o digital, que ha llegado a un total de 58,08 millones de euros, una cifra que mejora en un 6,2% la registrada en idéntico periodo de 2013 (54,68 millones), según datos de Promusicae, asociación que reúne a la mayoría de productores de música en España.

La mejoría es, sin embargo, aún muy moderada para un sector que ha visto desplomarse su volumen de negocio en más del 80% en los últimos 13 años.

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