Espai Rambleta renueva rostros pero mantiene su identidad, fijada desde el proyecto con el que BAC ganó en 2007 la concesión del Ayuntamiento de Valencia para la construcción y explotación del complejo. Este es el mensaje que lanzaron ayer los responsables al presentar a la nueva directora de Relaciones Externas, la periodista Mariola Cubells, y al titular de Comunicación, Quique Medina, incorporado antes del verano.
Cubells señaló que su objetivo es que Rambleta pueda ser «más de lo que es» sin modificar la línea de programación llámese alternativa o de riesgo desarrollada desde la apertura en 2012. «Que todo el talento que existe en Valencia pase por aquí, incluso el que está en los márgenes», dijo. Ello, dentro de un marco de «sostenibilidad», que es la meta de los responsables del espacio. No se trata de que sea «rentable», precisaron, sino de obtener los ingresos suficientes «que permitan seguir haciendo cosas». El canon municipal (2,2 millones anuales) reporta «cero euros» para contenidos del centro.
En este sentido, Rambleta ha potenciado el equipo de marketing para crecer en patrocinios (Cervezas Ámbar continúa financiando parte de la programación).
El argumento de la sostenibilidad fue también el empleado para explicar las salidas hace unos meses del programador y la gerente. «No se seguía la pauta que la propiedad marcó en cuanto a modelo de gestión». Y eso, añadió, «hacía que el espacio no fuera sostenible», dijo el presidente de BAC, José Adolfo Vedri.
Para la actual temporada no hay nueva etapa, insistieron se busca potenciar el café-teatro, usar más los espacios (se incorpora la cambra), «doblar» la programación teatral y desarrollar un foro de pensamiento («factoría Rambleta»).
La empresa asimismo busca otros espacios (públicos o privados) para gestionar, afirmó Vedri, que no descarta optar al Teatre El Musical.