Las negociaciones entre la dirección del IVAM, a cuyo frente se encuentra el recientemente nombrado José Miguel G. Cortés, y la Generalitat Valenciana por un acercamiento en torno a la sala permanente dedicada al artista Miquel Navarro daba ayer un nuevo giro.
Mientras la consellera de Cultura, María José Català, afirmaba en las Corts que se encontraba mediando entre el escultor de Mislata y la dirección del instituto para solucionar el «malentendido» y encontrar «una vía para resolver la situación suscitada», la dirección del IVAM emitía un comunicado en el que no sólo ratificaba su decisión de suprimir la sala sino que acusaba a la anterior dirección de haber tomado en su día una decisión unilateral con respecto a la instalación, al artista de decir «medias verdades» y en el que tildaba de «inusual» que un museo dedique una sala permanente a un artista vivo.
«¿Por qué el IVAM no dedica una sala permanente a, por ejemplo, Josep Renau, Andreu Alfaro, Equipo Crónica, Yturralde, Jordi Teixidor, Carmen Calvo...?», preguntaba Cortés en el comunicado, «¿no son valencianos? ¿No son buenos artistas? ¿O es que tal vez estamos “humillándolos” al no dedicarles una sala», añadía el director del museo en clara referencia a las manifestaciones efectuadas por el propio Miquel Navarro el día anterior sobre su estado de ánimo.
Plena autonomía
Català, horas antes, aseguraba que su departamento «siempre va a respaldar a los artistas valencianos» y que no iba a «permitir que sientan que no son tratados con lealtad desdes las instituciones».
Pero también se refería a la «plena autonomía» del director del centro. Y aunque reconocía que el acuerdo inicial establecía que la instalación debía de producirse una vez realizada la ampliación del museo, al no haberse producido ésta entendía «la sensación » del artista de Mislata y consideraba que «siempre las cosas se pueden hacer mejor».
Navarro, tal como ha informado este diario, ha puesto el caso en manos de sus abogado e incluso se ha planteado revocar el acuerdo de la donación y retirar las más de 500 piezas que donó al museo valenciano.
Cortés en su escrito aseguraba que el Consejo Rector del IVAM no había decidido en ningún momento cambiar el uso de la galería 1 —espacio donde está instalada la obra— porque «nunca había decidido dedicarla permanentemente» y que se había ofrecido para reunirse con el artista y comentar la decisión, algo que no se había podido producir ante la imposibilidad de Miquel Navarro.
«Es en ese momento cuando Miquel Navarro le manifiesta al Directordel IVAM que ya ha hablado con sus abogados y que considera que “la sala es suya” por haber tenido la exposición 14 meses y que hablará con ellos de cara a tomar una decisión», subrayaba el comunicado del museo para añadir que no se le había anunciado con unas horas de antelación la retirada de la colección sino que con 13 días de margen, el tiempo que aún va a permanecer instalada.
Por tanto, añadía, «las obras fruto de la compra-donación estarán expuestas de forma permanente una vez que se realicen las obras de ampliación del museo». Al mismo tiempo se mantendrá el proyecto acordado de la edición del catálogo razonado de su obra.
«Es a la dirección del IVAM a quien corresponde tomar las decisiones sobre la organización de sus colecciones. La dirección anterior decidió saltarse el acuerdo establecido y dedicará una Sala Permanente a Miquel Navarro, y ésta nueva dirección entiende que hay muchos más artistas en la Comunidad Valenciana que merecen que se les preste atención», añadía el escrito.
En él también se hacía referencia la exposición cancelada de Uiso Alemany. Según Cortés el Consejo Rector del IVAM nunca «ha aprobado la realización» de la misma en las fechas en las que especifica el documento en manos del artista y distribuido a los medios.
«Por tanto, el escrito de la anterior dirección —Consuelo Ciscar— informa de hechos que no son ciertos», aseveraba el nuevo titular del instituto autónomo.
