Joan Navarro, poeta y profesor natural de Oliva, recibió ayer el premio literario Ausiàs March de poesía que entrega el Ayuntamiento de Gandia. El autor había presentado la obra El plom de l'ham, que se impuso a los 39 originales que optaban al galardón.

Sin embargo, el premi Joanot Martorell de narrativa quedaba desierto, como ya ocurriera en 2012. Ignasi Mora, miembro del jurado, lo justificó en que «no se está tomando el pulso a cómo debería ser la literatura actualmente, con una sociedad tan movida».

Aclaró, sin embargo, que no es una cuestión de calidad y añadió que «la literatura debe reciclarse».

Minutos antes de recibir el premio en el Teatre Serrano de Gandia, el autor se mostraba exultante por el reconocimiento recibido y el ámbito al que va dirigido.

Para él, 2014 supone, además, un año especial, en tanto que celebra el 40 aniversario desde que publicara su primer libro, titulado Grills esmolen ganivets a trenc de por con el que, además, ganó el primer premio Vicent Andrés Estellés de la historia.

Sobre la obra ganadora Navarro explicó que recoge poemas elaborados en un periodo de 10 años.

«Es un libro que habla del dolor, de la imposibilidad de las palabras para expresar aquello que realmente queremos decir y de saltar los límites de la misma expresión e investigar en ese camino que nos deja el lenguaje para plasmar lo que muchos poetas decimos que no se puede expresar», señaló.

Además, describió el libro como «duro» y «corto pero intenso, tan intenso que llega hasta la lágrima».

Sobre esa dureza que imprime a sus obras, Navarro reconoció que «si alguien me lee y no me conoce pensará que soy un pobre hombre, que llevo toda la vida padeciendo».

Sin embargo, para él, «las vidas privadas y las que se muestran en la literatura no tienen nada que ver y esa dureza es algo que yo tengo dentro desde las primeras escrituras porque tenía esa forma de sacar los demonios interiores».

Pero, sobre todo, aseguró, que El plom de l'ham es duro porque «la vida es dura, y debemos aceptar esa dureza como aceptamos las alegrías que nos da. No es nada extraordinario».

Joan Navarro con solo veintidós años obtuvo el premio de poesía Vicent Andrés Estellés. A esta obra le siguieron las recopilaciones L'ou de la gallina fosca (1975), Vaixell de folls (1979), Bardissa de foc (1981) y La paüra dels crancs (1986).

En 2005 fue galardonado con el Premi de la Crítica dels Escriptors Valencians por la recopilación Magrana (2004), y en 2010 con el Premi Carles Salvador por A deslloc (2010).