Es fácil identificarse con su protagonista (madre trabajadora, estresada, en lucha permanente con la báscula, etc)
Sí, yo he intentado hacer un libro que ya en la segunda página te hayas identificado con la protagonista. Y, aunque pueda parecer una contradicción, un libro para no lectores.
¿Un libro para no lectores?
Antes de este libro yo empecé una serie juvenil (en mayo se publica el quinto) e intenté los libros para niños que no leyeran normalmente. También hay adultos que no leen. Es un libro para gente que se levanta a las siete de la mañana, va todo el día corriendo, a eso de las diez o diez y media consigue derrumbarse en el sofá y en lugar de ponerse a mirar la tele coge el libro.
¿Es necesario reirse de una misma?
Exacto. Yo describo situaciones cotidianas, como los gritos a los niños para que se beban la leche, cosas que nos parece que solo hacemos nosotras y te das cuenta de que lo hacemos todas. Desdramatizar. Las mujeres por educación tenemos un gran sentimiento de culpa y nos obligamos a alcanzar unas metas de perfección imposibles, somos nuestras principales enemigas. Pero te puedes reir de todo esto.
Esas autoexigencias de perfección afectan más a las mujeres que a los hombres.
Sí, y cada vez más. Yo tengo una hija de 16 años y veo que los estándares de perfección son incluso más duros que cuando nosotras éramos jóvenes. Antes había un caso de anorexia, ahora se han multiplicado. Yo creo que hemos retrocedido. En vez de criar niñas independientes, seguras de sí mismas y con carácter tienen que ser superflacas para gustarle a los chicos, sumisas, y tener novio es superimportante.
Ironiza sobre los grupos de wasap.
Sí, hay grupos hasta de los deberes de los niños. Nosotros ya somos esclavos, pero nuestros hijos... todos tienen que estar en Facebook, Twitter... Todo esto proporciona mucha infelicidad, porque lo que se pone en estas redes sociales son los momentos felices y parece que todos lo son más que tú. Ves los viajes, las fiestas, pero todas las vidas tienen su parte de miseria.
Y sobre las dietas.
Mis ochenta mejores amigas y yo vivimos a dieta permanente. He puesto en portada: «Cuando creas que tu vida es una mierda, que es imposible empeorar, hazme caso: ponte a régimen». Tienes un mal día pero te vas a comer una pizza al llegar a casa y lo sobrellevas, pero si encima te espera una manzana, la vida empeora mucho. Cualquiera que haga dieta lo sabe.
¿Es humor blanco o sátira?
He intentando que tenga gran carga crítica e ironía, un punto de reflexión.
