A un escritor se le renueva y revaloriza por sus nuevas ediciones, estudios críticos y, cómo no, por sus traducciones. Unas premisas que, si atendemos en el caso de Azorín, el escritor y periodista de Monóvar, se cumplen a todas luces.

Tanto es así que, hace apenas unas semanas, la editorial asiática Joint Publishing Company, una de las más importantes del imperio cultural chino, ha publicado una obra con distintos pasajes del legado literario de José Martínez Ruiz como Los pueblos (1905), España. Hombres y paisajes (1909) y Una hora de España (1924) traducidos por vez primera al mandarín.

El libro, que encierra además una cuidada y limpia maquetación, con interesantes ilustraciones en su interior, contiene también diversas ponencias del III congreso internacional celebrado en Pau, Azorín (1904-1924), encaminadas a acercar el perfil periodístico y literario del valenciano a la comunidad china.

Joint Publishing Company, la editorial responsable de la traducción, es una cadena de libros y editora de Hong Kong fundada en 1948. Y es, de este modo, una de las principales tiendas de China, con sedes también en Pekín, Shanghai y con presencia incluida, por paradójico que pueda parecer, en Estados Unidos: concretamente en Toronto, Vancouver, Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.

Las negociaciones de Joint Publishing Company con la Fundación Caja Mediterráneo, poseedora de los derechos del escritor y periodista, se remontan al 2013.

Respecto a las obras seleccionadas para la traducción al mandarín, es especialmente idónea la opción de Los pueblos (1905), con el que Martínez Ruiz se muda la piel y pasa a firmar sus escritos como Azorín, dejando atrás la redacción rápida y anarquista de su primer periodismo, desordenado y voraz, inclinándose ahora por la meditación, la transmisión de sensaciones y un mundo que, para él, se presenta nuevo.

El legado azoriniano ya está disponible en idiomas como el alemán, italiano, francés, holandés, japonés, griego o serbio, e incluso se ha intensificado su traducción en estos últimos años, debido a su interés, al valenciano.

En cualquier caso, Azorín, autor de un tremendo bagaje cultural que ya aflora en su primer libro (La crítica literaria en España) cuando no era más que un joven aspirante a periodista y escritor, también mostró un vivo interés por otras obras en el extranjero. De hecho, con apenas 20 años, tradujo del francés a A. Hamon con De la patria; a Kropotkin y Las prisiones; y La intrusa, de Maeterlinck.