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Denuncia

Los actores reclaman un cambio en la política teatral y su gestión

La AAPV llama «cutre» y «arisca» con la profesión a la subdirectora general de Teatres de la Generalitat - Silvia Valero, Bruno Tamarit y Lara Salvador premiados por «Nosotros no nos mataremos con pistolas»

Los actores reclaman un cambio en la política teatral y su gestión

Las galas teatrales siempre son por naturaleza reivindicativas. Y no iba a serlo menos ayer como colofón a una semana en el que el sector de las Artes Escénicas ha puesto sobre la mesa y bocarriba la delicada y preocupante situación por la que atraviesan los diferentes colectivos profesionales vinculados.

Por ello, la gala de entrega de premios que cada año concede la Associació d´ Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV) fue especialmente crítica hacia los estamentos políticos. Hasta el extremo de que sin mencionar su nombre se llegó a calificar de «cutre» y «arisca» a la propia responsable de Teatres de la Generalitat, Inmaculada Gil Lázaro.

La gala, que se celebraba en el teatro Talía y que contaba con la presencia de algunos líderes políticos de la oposición, premiaba a la actriz Mamen García con el Premio Narciso en reconocimiento a su labor en pro del teatro. Silvia Valero obtenía el de Mejor Interpretación Femenina por su trabajo en Nosotros no nos mataremos con pistolas, mientras que el premio al mejor actor era para Bruno Tamarit por el mismo espectáculo. Lara Salvador, también por Nosotros no nos mataremos con pistolas lograba el premio al Actor/Actriz Revelación.

Las cargas de profundidad venían con el discurso de cierre leído en forma de diálogo por la actriz Cristina Fernández, ahora presidenta en funciones de la AAPV, y Juli Disla, Secretario General del Sindicato.

En su intervención reclamaron un cambio de políticas culturales y sobre todo en el campo de las artes escénicas. «La historia del teatro valenciano del siglo XXI es la historia de un fracaso. Es y será mientras los índices de desocupación sean del 90%, mientras las compañías no tengan bolos ni se les pague, mientras las salas no puedan ofrecer más que el 50% de taquilla. Así que el nuevo conseller de cultura tiene la oportunidad única de conseguir un mínimo de dignidad para el sector», leyó Cristina Fernández.

Si Juli Disla reclamaba que el teatro se convierta en parte fundamental de la cultura y de la sociedad valenciana, Fernández recordaba la nefasta situación del teatro en Valencia.

«Se habrá de nombrar un responsable político de artes escénicas„ afirmaba en referencia a las próximas elecciones„ que no sea tan cutre y tan arisca con nosotros como la que tenemos ahora. Un responsable político que sea capaz de vertebrar el sector, de impulsar el crecimiento de la profesión y, en definitiva, de ejecutar una política escénica sólida. Y también se tendrá que nombrar una dirección artística que planifique los teatros públicos con coherencia, que organice las producciones públicas con criterio y que esté consensuada con todos. Y si es por concurso público ya ideal», añadió.

No faltaron tampoco referencias al cierre de RTVV y lo que ha supuesto para los actores y actrices valencianos y también para el sector audiovisual que ha visto como muchas de las productoras cerraban sus puertas al igual que los estudios de doblaje.

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