El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, fallecido ayer a los 74 años, difundió su visión crítica del mundo fuera y dentro de sus libros y se convirtió en un referente para la izquierda latinoamericana y también para artistas como Calle 13 y Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, que solían visitarlo en sus giras.

En clave valenciana, Raimon fue uno de sus afines. Publicó Y el silencio se hizo canto. Conversaciones con Raimon, un libro en el que el de Xàtiva habla de su vida y su creación en diálogo con Galeano.

El escritor estaba internado desde hacía varios días debido al agravamiento de su estado de salud tras una de las muchas recaídas que había sufrido después de ser intervenido en 2007 de un cáncer de pulmón.

El escritor deja preparado un texto inédito que quería se publicara tras su fallecimiento. La editorial Siglo XXI preparará su difusión, probablemente en mayo, en España, México y Argentina.

«Yo aprendí hace muchos años que la vida consiste en elegir entre indignos e indignados, y yo estoy siempre con los indignados», decía Galeano en 2013.

La definición que hizo de Galeano el líder Cuauhtémoc Cárdenas en México en 2012 es la de un «militante firme por las luchas de la soberanía nacional, la democracia y contra las dictaduras». Fue uno de los primeros en apoyar a los zapatistas en México, las revueltas populares en Oriente Medio y el norte de África le parecieron un «fuego hermoso» y se mostró feliz con el movimiento de los indignados en España, una «pura vitamina de esperanza».

Pero sobre todo respaldó la llegada de la izquierda a los Gobiernos de América Latina, un proceso de cambio que definió como «profundo, diverso y hermoso», pero «bastante incomprensible para el norte del mundo».

Su horror a las dictaduras le llevó a dejar Uruguay en 1973, cuando se produjo el golpe, y tres años después debió abandonar Argentina, donde se había exiliado. Así, recaló varios años en Barcelona. Sin embargo,la dictadura más peligrosa es «la de los amos de las finanzas», decía.

Su obra más conocida, Las venas abiertas de América (1971), centrada en los abusos de los colonizadores, sigue vendiéndose. Pero las ventas se dispararon en 2009 después de que Hugo Chávez regalara el ensayo a Barack Obama.

Apasionado del fútbol

Su rebeldía abarcaba no solo a la política. El fútbol, una de las pasiones del admirador de Messi, el único que le hacía «soñar y amar», tampoco escapaba. «La estructura de poder del fútbol en el mundo es monárquica», dijo.