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Exposición

El cartel se convierte en arte

Una muestra en el Museo de Historia de Valencia exhibe por primera vez los carteles que han acompañado a la Feria de Julio - Las piezas muestran la evolución artística y sociológica de Valencia

El cartel se convierte en arte

La historia de la Feria de Julio de Valencia corre paralela a la del cartelismo y su propia industria impresora; a la evolución estética y sociológica de Valencia y a su propia transformación económica y social. Todo ello se puede descubrir en la coqueta exposición La Festa de la Modernitat que desde ayer se exhibe en el Museo de Historia de Valencia. En ella salen a la luz algunos de los carteles originales creados desde 1871, fecha de la primera edición del encuentro económico, taurino y cultural hasta nuestros días.

«El municipio que tengo la honra de presidir, haciéndose fiel intérprete de los intereses de los valencianos, ha concebido el pensamiento unánimamente aceptado de crear una feria anual que sirva de gran mercado de contratación a los habitantes de esta comarca, una de las más pobladas de España y tal vez la de mejores condiciones, para llenar de atractivos esta solemnidad comercial», rezan las primera líneas del entonces alcalde de la ciudad, Pedro Vidal, en el cartel diseñado para la primera edición del encuentro y que más bien da la sensación de tratarse de un bando municipal.

La sorpresa es que el cartel está compuesto sólo de texto. No contempla imágenes. El discurso expositivo permite entender una evolución estética y artística de gran calidad. Lo demuestran todos los originales, la práctica totalidad de ellos inéditos hasta ahora para la ciudadanía y que, además, han sido restaurados.

Planteada de forma temática y no tanto cronológica, la exposición es un cúmulo de nombres de primer nivel del arte valenciano „Mongrell, Belliure, Stolz Seguí, Ruano, Ricardo Verde, Antonio Cortina, Renau o Sacramento, entre otros,„ que hacen del cartel una verdadera obra de arte, además de un reclamo social del momento y un retrato sociológico no sólo de los gustos de la sociedad valenciana sino de la demanda de ocio que solicitaba en cada periodo de tiempo.

La exposición arranca en el cartel textual, para pasar después por el costumbrismo alegórico, el regionalismo más completo, el modernismo, el Art déco, la posguerra civil y el franquismo hasta finalizar en los años de la democracia.

Pero a través de ese paseo se descubre cómo el propio arte evoluciona dentro de la sociedad valenciana gracias a la propia influencia de los artistas a través de estas obras y el periodo en el que son encargados.

Si la etapa costumbrista hace decidido hincapié de forma alegórica y amable en nuestra tradiciones, símbolos o modas e incluso lugares comunes y múltiples explicaciones sobre los eventos y acontecimientos programados por el municipio, la influencia del Modernismo supone una gran ruptura y el Art déco demuestra la influencia de las corrientes exteriores en los artistas de la época y el distanciamiento con la tradición y el inmovilismo estético. El cartel del franquismo enmascara los cánones de la imaginería ideológica del Régimen. Pero es a partir del período de la democracia cuando la disparidad se hace tónica en la mano de los cartelistas y la variedad deshace cualquier tipo de conexión estética o conceptual.

Sorprende, por otro lado, la grandiosidad de muchas de las piezas y la minuciosidad con la que fueron creadas, lo que las convierte en piezas únicas en las que el artista pone todo su empeño para su lucimiento.

La exposición, cuyos fondos reunidos pertenecen a diversos organismos municipales, vendrá acompañada de un libro en el que Gil Manuel Hernández, Rafael Solaz, Raquel Pelta y Luisa Sempere bajan a la arena de esta disciplina artística cuyo contenido va unido al reflejo de un tiempo.

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