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Mediterráneo con voz valenciana

No podía esperar una celebración mejor como intérprete de la música del Mediterráneo que con mi familia, mis amigos. A todos os doy mi corazón y la bienvenida», fueron las primeras palabras en la emotiva celebración de los 25 años de carrera de Mara Aranda. Ha formado parte de proyectos como Cendraires, l'Ham de Foc, Aman Aman, Al Andaluz Proyect, Mara Aranda i Solatge, Sephardic Legacy, Capella de Ministrers? Su constancia le ha dado el reconocimiento de la crítica internacional y el público. Mara Aranda firma las letras del disco Mare Vostrum (2015); para las músicas se ha basado en la tradición búlgara y turca, y ha contado con Abel García, «uno de los músicos más versátiles surgidos en la escena valenciana a comienzos del siglo XXI», así lo presentó. También hay excelentes composiciones del multiinstrumentista Jota Martínez. Entre los músicos destaca Sacha Gotowtschikow, percusionista del grupo alemán Estampie. El maestro de los vientos Eduard Navarro estuvo como invitado, «hay pocas personas como él que hayan hecho tanto por la cultura y la música de esta tierra», dijo Mara. Hubo momentos intensos como Traït, amalgama de flamenco y música turca, con la participación de Rosa Sanz que remachó con su taconeo y danza esta pieza. La bailaora volvió para la conmovedora nana donde la muerte —vestida de negro pero con zapatos verdes—, quiere arrebatar el niño a su madre, momentos donde la cantante se emocionó. Andrés Belmonte aportó el ney, «uno de los instrumentos más humildes —es una caña perforada— de los países islámicos», un sonido sobrecogedor, todo misticismo y dulzura. «Hay cosas que no tienen remedio pero tienen una canción», dijo antes de salir los treinta chicos y chicas de la Coral Infantil Trullàs de Benifaió para Vinc d'una terra, homenaje a las raíces y el olvido de los adultos que algún día fueron niños. En sus músicas está todo lo asimilado a lo largo de más de dos décadas, «el mar del que yo bebí ahora es el Mare Vostrum», consciente de ser portadora de la voz de un pueblo —homenaje a Estellés—, una cultura y sus tradiciones conectadas por el azul del mar.

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