Como ya anunció, Juan Goytisolo (Barcelona, 1931), un escritor heterodoxo e irónico y que siempre ha intentado romper cánones, no se puso para la ceremonia chaqué, como manda la tradición del premio. Vestido con una chaqueta de cuadros grandes y la única corbata que dice tener, todo en tonos verdes y marrones, el autor de «Señas de identidad» y «Makbara» se sintió en todo momento «abrumado y desdoblado», como señaló a los periodistas.

Es lo que dijo al llegar a la Universidad de Alcalá de Henares: que se sentía «abrumado» por la presencia de cámaras y cómo «Bárcenas al llegar al juzgado».

La familia del escritor estuvo representada por dos sobrinos: Gonzalo, hijo del novelista y académico Luis Goytisolo, y Julia, hija del poeta José Agustín Goytisolo, fallecido en 1999. A esta le dedicó su padre el famoso poema «Palabras para Julia», que musicó Paco Ibáñez.

Al tío, el escritor Juan Goytisolo, se le veía ayer como quien se ha quitado un peso de encima al finalizar la ceremonia de entrega del Premio Cervantes, en la que, según decía, no se había puesto nervioso, pero sí se había sentido «desdoblado».

Con semblante algo serio y aspecto cansado, y con una copa de vino en la mano, el autor de «Juan sin Tierra» se refirió a la brevedad de su discurso: «He querido decir mucho en pocas palabras», aseguró, vestido con chaqueta y pantalón y con «la única corbata» que tiene desde hace 35 años. Apenas la usa, la última vez fue «hace unos diez años en México», dijo. c. s./a. m. madrid/efe