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Obra

"Cinco años después veo aún más irracional la censura del MuVIM"

De la Calle recuerda en un libro su proyecto de museo y la retirada de las fotografías del caso Gürtel

"Cinco años después veo aún más irracional la censura del MuVIM"

El paso del tiempo (cinco años) no ha modificado la visión de Román de la Calle sobre los hechos que llevaron a su dimisión como director del MuVIM. Una convulsa semana, del 4 al 11 de marzo de 2010, que puso fin a un proyecto de seis años. Son los días desde la inauguración de la exposición de fotoperiodismo Fragments d'un any en el museo de la Diputación de Valencia a su segunda inauguración „caso nunca visto„ en una galería privada después de que los gobernantes censuraran una serie de fotografías del caso Gürtel.

«Lo veo todo ahora con más reflexión y aún me parece más irracional? Esa prepotencia de un poder que se cree omnímodo», afirma De la Calle con motivo del libro Memoria y desmemoria del MuVIM (Publicacions de la Universitat de València), que presenta hoy (19.30) en la Fira del Llibre de Valencia.

Algunos compañeros le aconsejaron continuar, pero el catedrático de Estética prefirió abandonar y hoy está convencido de que fue la decisión correcta, explica a Levante-EMV. «Hubieran marginado al MuVIM». Un museo que, comenta en el libro, había empezado ya a notar en sus presupuestos los cambios políticos desde el aterrizaje de De la Calle y su equipo (2004) con carta blanca para dotar de identidad a un proyecto que se tambaleaba: de la Ilustración a la Modernidad.

Ese es el fin «equilibrado» del libro: «Que aquello no quede en el olvido», dice. Ni lo que el museo fue „la «fórmula MuVIM», recuerdo teñido de cierto idealismo„ ni lo que llama el «caso (Máximo) Caturla», por el entonces (y ahora) vicepresidente de la diputación que puso el grito en el cielo al ver las fotos expuestas.

Lo del grito no es una exageración retórica, según los entrecomillados del alto cargo que ofrece De la Calle en uno de los textos del libro (compendio de documentos precedidos de un un prólogo actual del profesor): «Nosotros mandamos aquí y aquí se expone lo que nosotros queremos», «Estas fotos no pueden permanecer», «Las quiero, mañana mismo, fuera».

El exdirector deja en los márgenes de aquel episodio al presidente de la corporación, Alfonso Rus, hoy asediado por el «fuego amigo» en forma de escándalo de corrupción. Como el que entonces poblaba la muestra de la Unió de Periodistes. Tuvo un papel «secundario y tiempo después dijo en prensa que fue un equívovo».¿Lo que ocurre ahora? «Va con el personaje», zanja.

Sí merecen un papel más largo otros cargos políticos, como Salvador Enguix „entonces titular de Cultura„ y María Jesús Puchalt, que intentaron convencerlo, relata, para que no acudiera a la reinauguración de la exposición. O su sucesor (Javier Varela, si bien De la Calle no lo cita), «cerril representante del MuVIM», dice, que abrió una «guerra de prólogos» con la retirada de los que el profesor dejó redactados cuya consecuencia última es el libro que ahora ve la luz.

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