La exintendente del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, Helga Schmidt, reivindica su inocencia en una carta abierta hecha pública hoy donde se confiesa "triste y desconcertada por la espectacularidad" de una "campaña difamatoria" contra ella y que desembocó en un despido que tacha de injusto.

"Habría deseado disfrutar de mi trabajo, pero no me lo han concedido: la maldad y la mezquindad de alguien ha prevalecido y han conseguido echarme", señala Schmidt en su primera declaración pública tras su detención y posterior puesta en libertad del pasado 20 de enero por las posibles irregularidades en su gestión que investiga un juzgado de Valencia.

Esa operación judicial y policial llevó aparejado que el Gobierno autonómico, de quien depende el Palau de les Arts, decidiera apartarla temporalmente de sus funciones y nombrar a un sustituto, el italiano Davide Livermore.

"No conseguirán destruir mi reputación ni la extraordinaria idea de teatro que he podido cristalizar y consolidar en el Palau de les Arts", reivindica Schmidt.

De ese 20 de enero recuerda, "cuando la policía irrumpió por sorpresa en el Palau de les Arts y procedió a un registro exhaustivo al que siguió una serie de graves acusaciones" contra su gestión y desde entonces, asegura, ha estado "ocupada intentando aclarar" su situación jurídica, "reorganizando los aspectos prácticos" de su vida y preocupándose por su estado de salud.

"Estoy trabajando para demostrar a todas las personas vinculadas al Palau de les Arts Reina Sofía, a los valencianos y a todos los que siguen los aconteceres del mundo del arte y de la cultura que las acusaciones de las que he sido objeto son totalmente infundadas", asegura.

Agradece la actitud mostrada por el personal judicial y policial que desarrolló la operación aquel 20 de enero ("se comportaron bien conmigo. Entendieron enseguida la situación y a quien tenían ante ellos", valora) y defiende que colaboró "completa e incondicionalmente con la Justicia española".

"Espero ansiosamente el día en que pueda explicarme y defenderme, algo que no he podido hacer hasta ahora, si bien mi abogado me ha confirmado que en la documentación requerida, la policía no ha encontrado nada que no estuviese ya en conocimiento de la Generalitat y de sus órganos de control antes del registro", añade.

Sobre su despido, Schmidt afirma: "No existía ningún motivo para destituirme y mi despido del cargo de intendente y directora artística del Palau de les Arts no se realizó de conformidad con la legislación vigente, sino atendiendo a un código ético adoptado únicamente para los cargos políticos regionales y los cargos de libre designación".

La exintendente alude así a la conocida como "línea roja" marcada por el president de la Generalitat y candidato del PP a la Presidencia del Gobierno autonómico, Alberto Fabra, para apartar de cargos de responsabilidad a quien esté inmerso en procesos judiciales relacionados con delitos de corrupción.

Sostiene que el "rigor económico" que a su juicio ha marcado su gestión al frente de la ópera diseñada por Santiago Calatrava "se puede probar con todos los documentos firmados siempre mancomunadamente con los sucesivos administradores".

"Durante quince años he trabajado día y noche para conseguir lo mejor para el teatro del que era intendente, renunciando a tener una vida privada", declara para reivindicar el peso de las primeras figuras del sector que han pasado por el coliseo desde su inauguración, en 2006.

"Incluso este año la temporada es maravillosa. Y es que a pesar de los recortes en los presupuestos de los últimos años, he conseguido mantener una gran calidad y me siento muy orgullosa por ello", reconoce Schmidt.