«Seguro que cuando me muera se vuelven a acordar de mí en Valencia», sentenció Ovidi Montllor antes de irse hace viente años. El hechicero de Alcoi vio cumplida su predicción anoche, porque los entierros a la luna de Valencia son los mejores en esta orilla del Mediterráneo, donde los retrasos, largos o cortos, son circunstanciales. Todo el legado del ciudadano Montllor salió en «Ovidi Popular, 20 anys!», un homenaje que bajo la dirección artística de Josep Vicent Frechina y la dirección musical de Pau Figueres y Tóbal Rentero reunió en el Espai Rambleta las voces más cercanas al repertorio ovidiano. Con los imprescindibles Miquel Gil y Pep Gimeno «Botifarra», que tanto recuerdan la voz «trencada» del alcoyano, o el incombustible Toni Torregrossa, el rapsoda de Urbàlia Rurana.

Resonaron, con tarareo emotivo, las míticas «La fera ferotge», «Homenatge a Teresa», «De manars i garrotades», «Els amants», «M´aclame a tu» o «Perquè vull...», entre muchas más, porque tampoco faltaron Arturo Gaya (Quico el Celio) y Jordi Fàbregas (El Pont d´Arcalís).

El espectáculo producido por el Centre Artesà Tradicionàrius (CAT), y organizado por Ca Revolta, está basado en la obra tradicional de Ovidi Montllor. Detrás del concierto estaba la voluntad de revindicar la figura de Ovidi, tanto la artística, como la cívica, donde siempre se mantuvo fiel a unos principios con un eje principal en la justicia social, con la que se comprometió desde joven.

Ovidi fue un artista multidisplinar „cantó, recitó, escribió y actuó en cine y teatro„, y de su amistad con Vicent Andrés Estellés salió su eterno amor a Valencia, el ecuador entre su Alcoi natal y su Barcelona de adopción. Se fue de viaje el 10 de marzo de hace veinte años, porque como dejó escrito: «Jo no hauré mort/faré vacantes».